Revista Fútbol
Brasil es Brasil. Es el más grande, pero también el que más decepcionó. Es el más el más ganador de la historia y también el que sufrió la más grande catástrofe del fútbol mundial.
Se juega como se vive reza un máxima del fútbol vistoso. Y a Brasil le sienta muy bien, el brasileño es una persona que busca el placer y la diversión en el proceso y a veces descuida la concreción del objetivo. "El que ama el deporte se emociona mas con el camino recorrido que con el triunfo en si" twiteó Diego Latorre (@latorrediego) y le sienta perfecto al juego del scratch. Por estar disfrutando cada momento han sufrido fuertes golpes como el del 90 y el del 06. Pero después de cada uno de esos golpes Ricardo Teixeira dio un golpe de timón contratando técnicos menos líricos y más disciplinados.
Después del fracaso de Alemania 2006, donde el equipo había ido como el máximo favorito, se nombra a Carlos Caetano Bledorn Verri (Dunga) como DT. En Alemania, mucho se había hablado de las licencias que se tomaban ciertos jugadores para disfrutar de los encantos de la noche y el alcohol encabezados por el crack Ronaldinho y Adriano. El equipo fue eliminado categóricamente contra Francia.
Dunga también dirige como jugaba, con orden y discilplina, y tomó una costosa decisión para armar la lista de esta copa, no hay lugar para los fiesteros. Algo extraño por ser Brasil, al mundial lleva al mejor arquero del mundo y a defensores de la talla de Lucio, Maicon o Dani Alves. El crack Kaká manejará los hilos del ataque y en la delantera faltarán los jugadores descollantes que estamos acostumbrados a ver en la verdeamarela (sin desmerecer a Luis Fabiano o Robinho).
Hoy Brasil es un equipo poco vistoso, disciplinado, con defensores de elite y con el mejor arquero de la copa. Y quizás eso sea lo que definitivamente lo marca como candidato.
Juan Pablo Serra