Sin la audacia de Los edukadores

La película de Weingartner se proyectará el viernes 14 a las 19 y el martes 18 a las 17 en el Village Recoleta, y el sábado 15 a las 19 y el lunes 17 a las 17 en el Village Caballito.

Aunque Hans Weingartner nació y se crió en Austria, su largometraje más reciente –303– fue elegido para inaugurar el 18° Festival de Cine Alemán que se extenderá del 13 al 19 de septiembre en la Ciudad de Buenos Aires. Suena lógico el privilegio acordado a esta road movie que dirigió el hacedor de la recordada Los edukadores: se estrenó hace poco en salas teutonas (el 19 de julio para ser precisos) y ofrece un retrato amable de la juventud germana. Por si estas razones resultaran insuficientes, vale adelantar que el título del film le rinde tributo a un modelo de motorhome que Mercedes Benz fabricó en los años ’80.

La road movie presenta otra característica que la convierte en candidata firme a desembarcar pronto en nuestra cartelera comercial. Por momentos parece rendirle tributo a la trilogía de Richard Linklater, Antes del amanecer, atardecer, anochecer.

En el marco del festival que empieza mañana, 303 constituye un buen exponente de cine de exportación. La referencia inicial al poeta Rainer Maria Rilke, la juventud rubia, esbelta, académica de los protagonistas Jule y Jan (a no confundirlos con los también cinematográficos Jules y Jim), la ocurrencia de que el azar los haga viajar juntos a bordo de una casa rodante vintage por rincones bucólicos de Bélgica, Francia, España, Portugal constituyen la atractiva tarjeta de presentación de una Alemania a gusto con el resto de Europa.

A esta excursión veraniega con estética publicitaria la atraviesan conflictos personales que provocan concienzudas, prolongadas y a veces acaloradas discusiones, y que –con perdón del anticipo– se resuelven en escasos pasos. Como los Jesse y Céline que protagonizaron la trilogía de Linklater, Jan y Jule disienten a menudo y se enamoran igual. Pero a diferencia del cineasta estadounidense, Weingartner expone los contrastes de sus personajes con la misma superficialidad que les dedica a los desafíos disparadores de esta otra aventura romántica.

A juzgar por las reflexiones sobre capitalismo y comunismo que intercambian los integrantes de la joven pareja alemana, el realizador austríaco conserva las inquietudes políticas que expresó catorce años atrás cuando filmó Los edukadores. Dicho esto, llama la atención que 303 retome esa vieja dicotomía en detrimento de temas más actuales, por ejemplo el recorte de las libertades civiles en nombre de la doctrina de seguridad global contra la amenaza terrorista (árabe), o la fragilidad que la Unión Europea experimenta ante fenómenos desestabilizadores como los movimientos independentistas regionales, el crack financiero de países periféricos, la llamada crisis de los refugiados. Parafraseando a Joaquín Sabina, Jan y Jule no hablan de eso.