Llevo casi toda la mañana delante del ordenador, enviando correos a algunos amigos, y varios días dándole vueltas al tema, leyendo y releyendo las diferentes publicaciones al respecto de la sentencia de Valencia.Sabéis que hace un par de días publicamos el post "que sepas que ser eres" en La Comisión Gestora™ sobre la sentencia que condena a una Farmacéutica y dos Enfermeras por una actuación negligente de las mismas, y ya dijimos lo que opinamos al respecto.Y como bien dice el amigo Andoni, no es que queramos entrar a debatir sobre la proporcionalidad de la sentencia, y discutir si la responsabilidad es de uno o de otros, lo que está claro con estas situaciones es que los sistemas sanitarios y los profesionales que los componen no estamos a la altura de las circunstancias.Queda meridianamente claro que el sistema está mal diseñado. Que los profesionales somos responsables de nuestros actos, nadie lo duda a estas alturas, pero ¿quién es el responsable de las condiciones en las que se desarrolla el trabajo?, ahí creo que además del profesional entran más actores en la película.Que levante la mano y tire la "primera piedra", y aquí miro hacia la iniciativa "Con L de Enfermera" , aquella enfermera que no se ha dejado llevar por la dinámica de trabajo de un determinado servicio, para sacar el trabajo adelante, sin preguntarse si lo que está haciendo es idóneo o no.Nota: No estoy hablando de aquellos enfermeros experimentados, expertos o especialistas que no tienen que pensar para la realización de las tareas mecánicas, y se pueden permitir el lujo de reflexionar y poner en tela de juicio las dinámicas o las pautas de otros o al menos buscar alternativas de mejora, pero si de aquellos que para realizar cualquier tarea tienen que "confiar" en los profesionales que tienen a su alrededor porque sino el trabajo no sale adelante.De acuerdo que esto no es excusa, para hacer las cosas mal o regular, pero por favor espero que me digan la alternativa que tiene el profesional que se siente aplastado por la presión asistencial, con unos ratios de vértigo, donde las políticas de calidad y seguridad del paciente brillan por su ausencia (gracias a las fantásticas medidas de austeridad). "Profesionales" que cada día se sienten menos comprometidos y mas despegados de un sistema sanitario que los ningunea y los maltrata continuamente.Ayer hablando con mi compañero, me recomendó la lectura del artículo: Are You a Good Nurse or an Exceptional One? Y al leerlo me doy cuenta de lo lejos que seguimos estando de otros entornos enfermeros, y lo difícil que resulta alcanzar ciertos niveles competenciales cuando la motivación la tienes que buscar en lo más profundo de tu persona, cuando las circunstancias y el entorno que te rodea se vuelve de los más obsceno en cuanto a favorecer tu desarrollo profesional, cuando la legislación por la que te rigen sigue siendo de antes del último cuarto del siglo pasado, cuando las universidades, los colegios profesionales y los sindicatos campan por sus propios intereses, cuando no hay reconocimiento de líderes enfermeros reales y aquellos que deberían serlo en nuestro entorno cercano se convierten contínuamente en antilíderes, aquellos que deberían ser "enfermeras excepcionales", como dice el artículo, no pasan de ser meros cargos mediocres que echan por tierra y averguenzan a su propia categoría profesional.¿Y dónde están las verdaderas enfermeras excepcionales?, todos conocemos a alguna, y seguro que se os viene alguien a la mente cuando compartimos la opinión del autor y de muchos otros profesionales, sobre lo que debería ser enfermera excepcional:
- La que tiene una buena base clínica.
- La que hasta conseguir la experiencia, mantiene los oídos abiertos y la boca cerrada.
- La que mantiene un pensamiento crítico, y se preguntan el porqué y el porqué no, buscando soluciones que se adapten a los problemas del paciente.
- En la que el médico confía y consulta como igual y no trata como mero profesional al que delegar funciones.
- La que comparte conocimiento y experiencia con el resto sin miedo a ser evaluada por otros.
- La que no intenta guardar información, para aumentar su cuota de poder, sino que la comparte con el resto.
- La que confía en sus conocimientos a la hora de tomar las decisiones clínicas adecuadas.
- La que tiene una base de conocimientos que le permite enseñar a otros profesionales a comprender la profundidad de la profesión de los cuidados.
- La que tiene suficiente humildad para buscar a otros que le ayuden a mejorar sus lagunas de conocimiento.
- La que intenta proporcionar cuidados de calidad en todo momento, anticipándose a las necesidades del paciente.
- La que planifica los cuidados hacia una atención óptima.
- La que optimiza el uso de los recursos disponibles y sus actuaciones son ambientalmente responsables, minimizando la eliminación de resíduos.
- La que favorece la independencia del paciente, evitando paternalismos y sobreprotección, informando verazmente al paciente en todo el proceso independientemente del resultado.
- La que es técnicamente eficiente.
- La que tiene desarrollado ese sexto sentido que te dice que algo va mal, antes de que vaya mal y sea capaz de adelantarse a los acontecimientos evitando complicaciones mayores.
Por otro lado, esto es lo que opinan en otros entornos, donde la realidad asistencial es muy diferente, aquí mientras la legislación no se adapte a nuestra realidad (#TheCofiaDay), mientras los que NO nos representan sigan siendo interlocutores, mientras el reconocimiento profesional no sea una realidad, mientras sigamos manteniendo unos gestores mediocres y no haya un liderazgo claro que marque el camino hacia donde quiere marchar la verdadera enfermería española, el grueso de la profesión seremos "buenas enfermeras", repletas de buenismo e intenciones, y la "enfermeras excepcionales", seguirán siendo eso, ..."rara avis" en vías de extinción.Pues bien, termino con la banda sonora de esta mañana de viernes...y pidiendo vuestra opinión.....y mañana más #EnfermeraCtivismo