Revista Opinión

Sin motivos para el optimismo

Publicado el 30 abril 2013 por Vigilis @vigilis
Igual el truco está en no decir que estamos en crisis, sino en reconocer sencillamente que somos un país pobre. Pobre y sin ganas de salir de la pobreza. Cinco años de crisis económica dan para pensar que si acaso seamos una especie de república bananera.
Sin motivos para el optimismoEl Gobierno poco puede hacer, pero lo poco que puede hacer no lo hace. El pasado consejo de ministros presentó un Plan Nacional de Reformas en el que hay poco más que prorrogas de impuestos, nuevos impuestos y subidas de impuestos. Sí, es el mismo gobierno que llegó al poder prometiendo bajar los impuestos. El mismo que estando en la oposición criticaba la subida de impuestos del anterior gobierno.
De lo poco más que hay, veo cosas que tienen bastante buena pinta: la Ley de Unidad de Mercado y la Ley de Servicios Profesionales. Otras que no entiendo para qué sirven, como la Ley de Garantía de Buen Gobierno y otras sobre las que no tengo opinión, como la Ley de Desindexación de la Economía Española. Es raro que un español no tenga opinión sobre algo, pero esta ley trata sobre sustituir el IPC por un Índice de Referencia Mágico cuya formulación no conoce ni el propio gobierno.
Y en estas estamos, con cosas muy básicas como las dos mencionadas leyes que deberían haberse aprobado el primer día de legislatura y con una huida hacia adelante del gobierno basada en aumentos de impuestos. Ojo, que quitar deducciones a la gran empresa no me parece nada mal. No puede ser que haya una diferencia tan grande entre el tipo nominal y el efectivo del IS de la gran empresa. Y tampoco puede ser que se castigue a la empresa mediana y el estado proteja a la grande (sí, las empresas grandes funcionan mejor, pero no es bueno que el estado las mime). Claro que conociendo el capitalismo clientelar y antiliberal que defiende este gobierno, mucho me temo que se las ingeniarán para compensar por una puerta trasera el aumento impositivo a la gran empresa.
Sin motivos para el optimismo
Este Plan de Reformas se contextualiza con la publicación del dato del 27% de paro. La gente se echa las manos a la cabeza (todos menos Paco Marhuenda) y se sorprende de la paz social que hay en este país completamente arrasado. Habría que coger y destripar ese dato de paro, ponerlo delante del tamaño de la economía sumergida, localizar a aquellos parados de larga duración que jamás trabajarán y a aquellos jóvenes que demandan empleo y matan el tiempo hiperformándose. Ojo, que incluso haciéndonos trampas al solitario (como el typex de Caldera) el principal problema del país sigue siendo el paro. Da igual los malabarismos que se hagan. El paro es el agujero negro español. Un paro del que no salimos gracias a convenios sindicales extraños, gracias al efecto expulsión del sector privado que provoca el gasto público, gracias a la desastrosa educación, gracias a tener un montón de empresas pequeñitas muy poco productivas y gracias a la existencia de docenas de contratos-tipo que sólo benefician a gestorías de pueblo.
Hay una correlación muy fuerte entre creación de empleo y crecimiento del PIB. Es casi una ley económica (casi, porque no existen las leyes económicas) que si creces por debajo del 2% no creas empleo. Siempre tuve claro que para crear empleo hace falta un crecimiento previo. Hay otros muchos, como los sindicatos, que dicen que primero creas empleo y luego creces. Supongo que todo depende de qué tipo de empleo hablamos. El caso es que el empleo lo crea el que invierte en un negocio, por lo tanto son condiciones sine qua non contar con empresarios y capital. La futura Ley de Emprendedores Mágicos y Etéreos ya nos dice que firmando un papelito eres empresario, muy bien, pero seguimos sin disponer de capital. Un país tan endeudado no ahorra, paga deudas. Y sin ahorro no hay inversión.
Sin motivos para el optimismo
¿Cómo ahorrar? Como se hizo toda la vida. Pero no sólo hay que buscar un ahorro hoy desaparecido y complicado. La crisis significa que el país es pobre, está endeudado y la gente no trabaja. En un mercado global habrá que vender más que los demás. Habrá que ser mejores. Habrá que pensar en atraer el dinero exterior que hoy no se genera. ¿Qué parte de esto hace el Gobierno? Hasta donde yo sé, poca cosa. Es como si en el fondo al gobierno le preocupara tanto la pobreza nacional como meter a etarras en la cárcel o investigar el 11M. O sea, nada.
Si una cosa nos enseña la acción actual del gobierno es que estamos solos. El gobierno es una oficina que reparte la limosna del paro, nada más. De esta crisis saldremos vendiendo más y mejor e inventando nuevos productos. No hay atajos. No contemos con el gobierno.
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