Lectura: 2 Crónicas 20:3-17
Domingo 24 de Junio
Un sabio maestro bíblico dijo una vez: "Tarde o temprano Dios colocará a personas autosuficientes en una posición donde no les quede otro recurso sino El - sin fuerzas, sin respuestas, sin nada más que él. Sin la ayuda de Dios se hunden".
Luego contó acerca de un hombre desesperado que le confesó a su pastor : "Mi vida está yendo realmente mal". "¿Cómo de mal?" inquirió el pastor. Enterrando la cabeza entre sus manos, ginió: "Le diré cómo de mal; Dios es todo lo que me queda". El rostro del pastor se iluminó: "¡Me alegra de poder darle la tranquilidad y la seguridad de que una persona a la que no le queda más que Dios tiene más que suficiente para alcanzar la mayor victoria!"
En la lectura bíblica de hoy, el pueblo de Judá también estaba en problemas. Admitió su falta de poder y sabiduría para conquistar a sus enemigos. ¡Dios era todo lo que les quedaba! Pero el rey Josafat y el pueblo vieron esto como un motivo de esperanza y no de desesperación. "A tí volvemos nuestros ojos", le declararon a Dios (2 Cro 20:12). Y su esperanza no quedó decepcionada cuando El cumplió su promesa: "No es vuestra la guerra, sino de Dios" (v. 15).
¿Te encuentras en una posición donde toda la autosuficiencia ha desaparecido? Al volver tus ojos al Señor y poner tu esperanza en El, tienes la tranquilizadora promesa de Dios de que no necesitas nada más.
Cuando Dios es todo lo que tienes, tienes todo lo que necesitas.