Revista Cine
Director: Cary Joji Fukunaga
Este domingo 9 de Marzo es el final de temporada de True Detective, genial serie que se une desde ya a ese selecto grupo de las mejores series de la historia, y sin yo exagerar en lo más mínimo. Me voy a referir más a fondo cuando el último episodio ya haya salido al aire, y le dedique su propio post a tan sensacional serie, pero por ahora nada más digo que una de las características que tiene es que todos sus capítulos están escritos por el mismo sujeto, Nic Pizzolatto -que es el creador, además-, lo mismo que con la dirección, a cargo de Cary Joji Fukunaga, un joven director que como experiencia previa tiene dos películas: la del post de hoy, y Jane Eyre, del 2011. Como True Detective está tan bien dirigida, decidí ver las películas de Fukunaga, y aquí estoy, escribiéndoles sobre su opera prima.
Sin Nombre se trata sobre dos historias inicialmente inconexas, pero que luego terminan siendo una sola. Por un lado, en el sur de México -en la frontera con Guatemala-, tenemos a Casper, un adolescente miembro de la mara salvatrucha, una peligrosa pandilla conocida mundialmente por su extrema violencia, violencia que este personaje quiere mantener lejos de su novia. Por otro lado, en Honduras, tenemos a Sayra y su padre y su tío, quienes inician un peligroso trayecto de sólo ida a Estados Unidos, donde esperan tener una vida mejor, aunque como indocumentados. Como es de suponer, una de las paradas de este largo trayecto iniciado es Tapachula, lugar donde vive Casper... y los demás maras.
Al debut cinematográfico de Fukunaga se le pueden sacar varias conclusiones -o lecturas, si se prefiere- que se tocan a lo largo del relato. En cuanto a Casper, tenemos (i) todo el asunto de la mara, con su violencia intrínseca e inherente -aspectos que, si me permiten, también le van a la raza humana entera-. Vemos una iniciación de un nuevo y joven miembro, iniciación que consta en matar a otra persona; vemos largas golpizas, golpizas que son el castigo a los miembros que cometen infracciones. En pocas palabras, vemos bastante violencia. Lo importante, sin embargo, y que tiene relación con lo de la mara, es (ii) la situación social -o cuestión social, como me gusta que suene-: la mara atrae, absorbe, y consume a los niños con todos los valores de la pandilla; los hacen otros, los transforman en asesinos. Es el crimen invadiendo la vida social del resto de la gente, alejada -o intentándolo- del crimen tanto como le sea posible. Esto es visto cuando Casper busca a Benito, de 12-14 años -me imagino- para que sea reclutado en la mara, y sea introducido en todo el mundo criminal. También es visto cuando Casper visita a su novia, y quiere mantenerla alejada de la mara, mintiéndole sobre lo que hace a lo largo del día. Todo esto sucede en los primeros minutos, avisando que es lo que puede llegar a suceder, es el detonante.
En cuanto a Sayra -y su padre y su tío-, tenemos también la cuestión social: la (iii) inmigración ilegal. Son personas que dejan su natal Honduras, donde presumiblemente no tenían la vida que sueñan, para ir a Estados Unidos, tierra de las oportunidades, lugar donde se materializan los sueños.
Ya si nos adentramos en la historia cuando se conecta, vemos el conflicto interno de Casper, entre si seguir los valores de la mara -valores que debe seguir a toda costa, una vez que se está dentro-, o sus propios valores. Estamos (iv) ante un débil y timorato deseo de redención, ensombrecido por la figura de la muerte que pisa los talones de todos, pero con anunciada seguridad los de Casper.
Además de dirigir la película, Fukunaga también se encarga del guión. En el festival de Sundance del 2009, que fue donde se presentó la película, Fukunaga fue premiado a la mejor dirección, y debo decir que estoy de acuerdo, ya que su labor me parece excelente. Definitivamente, y cayendo en lugares comunes, se nota que iba a "explotar" algún día, como en estos cuando vemos True Detective, donde dirige diez veces mejor, y eso ya es harto decir. Al tipo se le da la dirección tan naturalmente como respirar. Lo que me parece interesante, es que su puesta en escena resulta elegante. Es cierto que estamos ante lugares corrompidos y corroídos por el crimen y otros males, y que en general vemos cámara en mano -que suele ser menos "elegante", aunque tiene la sencillez que le viene bien a la película-, pero el manejo de la cámara, suave y paciente, resulta estimulante. El manejo de la tensión en varios pasajes de la película es notable. Naturalmente, hay que elogiar a la fotografía, también premiada en Sundance, y que está muy bien lograda. En estos aspectos se hace una labor impecable.
Lo que debo reprocharle a Fukunaga es su guión. A nivel general está bien construido y organizado, pero, tratando tantos temas, no logra profundizar en ellos, ya que no se aferra a ninguno.
No estamos ante una película que explore las tremendas dificultades que tienen que sortear -con éxito o no- los inmigrantes ilegales, ya que no se nos muestran tales dificultades con detalle, sino someramente. Se suben al tren, cosa difícil, pero nadie parece pasarlo mal ni sufrir deshidratación o hambre -cosas que estoy seguro que pasan-, entre otras cosas más. Sólo tienen que afirmarse bien para no caer y que el tren te corte a la mitad.
Tampoco estamos ante una radiografía de la mara, y su invasión hacia la sociedad no criminal y todo el daño que provocan. Tampoco es una radiografía de porqué existen los maras, y de quien es finalmente la culpa. Aunque algunas costumbres maras están mostradas con realismo -supongo-, es la mera superficie.
¿Estamos ante una película que nos muestre como funciona la violencia humana, y como somos esclavos de ella? No realmente. Estamos ante una historia de venganza, de amor, y en cierta forma, de segundas oportunidades.
Si quieren ver algo más profundo y bueno sobre la mara, vean el documental "La vida loca" de Christian Poveda. Si quieren ver algo bueno sobre la inmigración, algo que muestre realmente lo que son y cómo son las dificultades, realmente no tengo recomendaciones, no he visto un documental así, pero debe haber.
Venganza, amor, segundas oportunidades. Temas bastante trillados, claro que sí, pero no por ello menos interesantes. No obstante, debo decir que a ratos me parecía poco interesante la historia que veía, pero eso es en papel, ya que la dirección de Fukunaga es tan buena, que logra crear momentos increíbles, y que salvan y disimulan esos baches en la historia. Fukunaga sortea bien las dificultades. De todas formas, lamento que la historia se simplificara a esos tres tópicos mencionados. Si hubiera tratado con mayor profundidad todo el tema de la mara, de la sociedad, y de la inmigración ilegal, estaríamos ante una película de seguro memorable.
Para ir terminando, las actuaciones en general son convincentes, pero no muy, muy buenas. Quiero decir, no oscarizables. La de Sayra me gustó, así como la de su padre y su tío. La de Casper, aunque tiene buen manejo de las expresiones faciales -lo que es bueno a la primera-, se cae en la actuación en sí, pero a nivel general lo hace bien.
Como dato curioso, aunque quizás no lo sea tanto, esta película está -como se debe- completamente en español. Al principio me extrañó, dado que hay varios estadounidenses en la producción -como el mismo Fukunaga-, pero es bueno y mantiene la verosimilitud que una historia que transcurre en México sea hablada en español, y que hablen español fluidamente -no como los "mexicanos" de Breaking Bad-, aunque admito que habían veces que se me escapaban algunas líneas.
En conclusión, estamos ante una muy interesante opera prima, excelentemente dirigida, con un guión un poco débil, pero no tanto como para arruinar la película entera, ya que está bien construido y organizado. La impresión que queda al final es buena.