Home " Emprendedores " Sin tener recursos apostó por una publicidad simple, pero genial. El resultado le cambió la vida
A los 12 manejaba 4 idiomas y siempre supo que esto significaba un tremendo capital.Desde pequeños crecemos escuchando que para surgir debemos seguir un conducto regular que va desde el colegio hasta el día en que salimos de la universidad, recibimos el diploma y comenzamos la carrera por encontrar un buen trabajo. Lamentablemente para quienes sacrificaron sus sueños por seguir este camino, existen otras posibilidades y Andrés Moreno es el mejor ejemplo de ello.
Abandonó la carrera para jugársela por un sueño
Andrés Moreno tiene 30 años y es venezolano. Estudió Ingeniería Mecánica y de Producción en la prestigiosa Universidad Simón Bolívar durante 5 años. Cuando ya quedaba poco para terminar, tomó la drástica decisión de hacer algo diferente con su vida y abandonó la carrera para comenzar su propia empresa.
Su padrastro trabajaba en misiones internacionales por lo que durante su infancia vivió en más de 9 países. En esa etapa se enamoró de los idiomas donde, siendo un niño, llegó a aprender italiano, inglés y esloveno. Siempre supo que su buen manejo del inglés era un capital que debía ser explotado por lo que al momento de iniciar su camino en el emprendimiento pensó en hacer algo con ello.
Los primeros pasos de OpenEnglish
Así comenzó su primer startup, a los 21 años. La empresa se llamaba Optimal y consistía en reclutar universitarios estadounidenses que quisieran aprender español. Ellos los llevaban a Venezuela, les enseñaban español para que a cambio enseñaran inglés a ejecutivos de transnacionales. La empresa escaló rápidamente y solo a tres años de su fundación ya otorgaba servicios a grandes empresas.
Optimal iba bien y tenía una muy buena proyección, pero cuando Moreno entendió la masividad que significaba internet, decidió hacer un cambio total de rumbo y empezó a trabajar en la creación del sitio web de la compañía para enseñar inglés online. Para esto, el 2007, buscó ayuda en su compañero Wilmer Sarmiento, uno de los ingenieros más brillantes de la universidad. Con el dinero de Optimal contrataron 15 programadores que se repartían en dos departamentos unidos por cables de conexión. Todo era muy al estilo Facebook pero en Caracas, lo que al final los terminó obligando a mirar hacia afuera.
Moreno sabía que levantar capital en Venezuela sería difícil por lo que se cuando se les acabó el dinero, supo que el próximo paso sería Silicon Valley, en California. El principio no fue nada fácil, llegó con USD$700 en el bolsillo y durmió durante el primer año en el sofá de un amigo. Todo ese tiempo fue de intenso trabajo. Presentaba su proyecto a todo quien pudiera oírlo pero en ese momento todos los inversionistas tenían a China entre ceja y ceja y no veían en Latinoamérica un mercado pujante como para invertir en cursos de inglés. El levantamiento fue muy lento y les tomó un año levantar los primeros USD$400,000.
La gracia de la plataforma es que ofrece profesores americanos disponibles las 24 horas, por un costo no mayor a USD$100 pero lo más importante es que el formato flexible es beneficioso tanto para el profesor como para el alumno ya que éste puede tomar clases cuando quiera sin tener que ir a clases presenciales y el profesor puede realizarlas desde la comodidad de su casa ganando por hora de curso impartido.
Da el golpe de gracia con su divertida publicidad
Moreno tenía mucha fe en el proyecto y sabía que tenía algo grande entre manos pero si quería utilizar la masividad de internet, sabía que debía contar con un excelente mecanismo de difusión. Así, junto a su buen amigo Adrián Lara y muy pocos recursos crearon una campaña publicitaria que terminaría siendo una revolución en la televisión e internet y por lo tanto una propulsión increíblemente efectiva para su negocio. La idea surgió entre amigos, pensando en ese típico estereotipo de la persona que ha intentado todos los métodos tradicionales para aprender inglés sin tener éxito.
La parte humorística es clave ya que genera empatía con esa persona que quiere aprender inglés y aún no se decide. El concepto fue tan acertado que se llegaron a crear memes en torno al personaje de Lara, "el Wachu" y pronto OpenEnglish estaba en boca de todo el mundo.
Después de las dificultades en Silicon Valley las cosas se dieron bastante bien y si levantar los primeros USD$400,000 les tomó un año, levantar los últimos USD$40 millones tomó nada más que un mes.
Lanzada comercialmente en 2008, OpenEnglish se ha transformado en un ejemplo notable de éxito. Es el único emprendimiento en América Latina que ha logrado captar más de USD$100 millones en inversión, cuenta con más de 2.000 empleados y hoy la empresa está valorada en USD$350 millones.
Cerca de 250.000 estudiantes de 40 países han pasado por las aulas y han aprendido o mejorado su inglés con la empresa que hace tan solo unos años no era más que un sueño en la mente de un joven universitario.