Revista Cultura y Ocio

Sinchi Roca

Por Enrique @asurza

Sinchi Roca, segundo rey del Cuzco, hijo de Manco Capac y Mama Ocllo. Vino al mundo en Tampuquiro mientras sus padres deambulaban de sur a norte en busca de un lugar donde establecerse en forma definitiva. Siendo adolescente se desposó con Mama Coca, hija del señor de Sano (hoy San Sebastián), cerca de la capital imperial, de tal manera que su padre ganó un aliado. De este matrimonio tuvo por hijo a Manco Sacapa, quien nació antes de que los incas llegaran al Cuzco. A la muerte de su padre fue entronizado. Siendo el cuzqueño un reino joven en el área, las etnias vecinas no ocultaban su más abierto rechazo a estos foráneos. Durante el gobierno de Sinchi Roca el territorio inca llegaba sólo hasta el cerro cercano de Singa (Tambomachay).
Estableció amistad con algunos de los señoríos colindantes, pero jamás consiguió la aceptación de Tocay Capac, rey de los ayarmacas, quien en uno de los enfrentamientos voló a Sinchi Roca dos dientes delanteros. Al respecto, dice Teresa Vergara: "Los cronistas coinciden en señalar que Sinchi Roca fue un jefe guerrero como su nombre lo indica. A pesar de ello no hubo durante su gobierno grandes conquistas. Esto se debió en gran parte a las maniobras del Tocay Capac jefe de los ayarmacas, que se opuso tenazmente al avance de los incas, viéndose Sinchi Roca limitado únicamente a conseguir la amistad de algunos curacas de los grupos étnicos vecinos; ampliando su área de influencia, según Concepción Bravo, en un radio no mayor de treinta leguas". Dada la estrechez del territorio, Sinchi Roca se vio obligado a utilizar todo espacio posible para extender los campos de cultivo, habilitando para ello las laderas de los cerros mediante la construcción de andenes. Logró también ganarse la amistad de los alcavizas, quienes habían enfrentado a su padre Manco Capac, haciéndoles regalos y prestándoles mano de obra para la construcción de caminos. Su alianza con los sanos fue ratificada al casar a su hijo Lloque Yupanqui con una princesa de esa etnia. Amplió las estructuras del Inticancha y lo ocupó como vivienda, lo cual es indicativo de que en los primeros tiempos del incanato, el gobierno tenía un carácter teocrático y no estaban separadas las funciones monárquicas de las sacerdotales.
Una de las costumbres que se impuso desde esta época, según las crónicas, fue la de deformarse las orejas en señal de nobleza. Pero el dato arqueológico indica que era una costumbre más antigua, practicada siglos atrás en Chavín. Nuevamente los incas quisieron aparecer como creadores o innovadores de costumbres, de modo que se instituyó un ceremonial al cual la plebe asistía para ver la diferencia respecto a la élite. Sinchi Roca falleció a muy avanzada edad, siendo sepultado su cuerpo junto a un ídolo llamado Guanachiri y su descendencia se agrupó en la denominada Rauraupanaca.


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