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Síndrome de Abstinencia Televisivo

Publicado el 04 diciembre 2010 por Arcibel

Cambiás de canal freneticamente y las publicidades navideñas se llevan lo poco que te quedaba de buen humor. Entrás a tu página favorita de torrents y buscás alguna película nueva, pero todo lo que encontrás es un documental sobre los origenes de Santa Claus y un video explicativo sobre la mejor forma de envolver regalos.

Te mirás las manos, ya han empezado a temblar. Una a una pasan las fotos adelante de tus ojos, el querido Dr. House, el churro de  Mc Dreamy y nuestro detector de mentiras favorito, nos miran con los ojos llenos de lágrimas. La nostalgia te invade, pensás en el verano sin comentarios sarcásticos o rituales asesinos. Te preguntás como va a festejar Meredith estas navidades y si cuando el año nuevo comienze Lightman va a estar esperándonos como siempre.

Síndrome de Abstinencia Televisivo

No querés estar lejos de ellos. No vas a poder sobrevivír al Enero caluroso sin House. No hay forma de que puedas pasar año nuevo sin saber que va a ser de la vida de Cristina, en Grey’s Anatomy y es imposible vivir con esa duda maléfica que las cadenas de televisión nos meten en la cabeza cada vez que llega fin de año y amenazan con dejarnos sin nuestros personajes favoritos. ¿Hay necesidad? Anuncian bajas de audiencia, lanzan un par de rumores y todos pasamos las navidades temblando por esa serie que están a punto de cancelar.

Llenás tu twitter de quejas, tu facebook de fotos sacadas de internet y mirás con resignación el calendario. ¿Quién va a ocupar el lugar de nuestros detectives, quién nos va a enseñar a hacer una traqueotomía? ¿Con quién vamos a llorar todos los jueves y quién nos va a hacer cantar como nenes en secundaria? ¿Qué queda para aquellos que detestamos ver a Papá Noel riéndose cuando afuera hacen 40 grados de calor, o tratar de comer ese turrón duro que serviría mejor como arma de uso personal? La dura resignación.

Pienso inundar mis venas de chocolate, ver capítulos repetidos y tratar de descubrír alguna serie milagrosa que me salve el verano. De lo contrario algún centro de rehabilitación va a tener que inventar un tratamiento para aquellos que somos adictos a las series, seriéfilos por naturaleza. Así como no se le quita un juguete a un nene, un maletín lleno de plata a un ejecutivo y un arma a un asesino, no se le quitan las series a los seriéfilos. Es como robarle la sangre a un vampiro, las consecuencias pueden ser mortales.

Va a pasar el verano, vamos a rezongar por varias semanas y nuestras series favoritas (si la economía y los ejecutivos caprichosos lo permiten) van a volver a llenarnos de color. Nosotros vamos a volver a sonreír, al menos hasta el próximo verano, donde el ciclo de la vida se repita y la navidad nos invada de vuelta.

Lightman, House, Meredith y Derek, mis detectives favoritos, muchachotes de glee. A todos ustedes: Los vamos a extrañar.


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