Síndrome de alienación parental

Hacemos referencia al “Síndrome de Alienación Parental” (SAP) cuando se percibe de manera clara y directa, un rechazo del niño hacia uno de los dos progenitores, debido a la influencia del otro progenitor. Es el caso más grave de instrumentalización de un niño durante un proceso de divorcio, pero aunque es un problema muy grave, aún se encuentra muy debatida su existencia y el manual diagnóstico de enfermedades mentales (DSM-V) no lo recoge.

Este problema comienza cuando uno de los progenitores empieza a manipular directa e indirectamente al niño para que rechace al otro progenitor, y puede ser tan sutil la forma de hacerlo que no se vea hasta que ya ha ocurrido. Generalmente, estos padres suelen comenzar estableciendo al niño en un rol en el cual se ven obligados a desempeñar determinadas funciones por la situación que viven entre los padres que no deberían serles propias.

Algunos de estos roles son:

• El niño hípermaduro. Son niños que se comportan de una forma más madura para lo que se supone que harían según su edad. Tratan de controlar que todo vaya bien, de establecer cierto orden en la familia, comportándose como los líderes de la familia cuando ven que en casa no se hace.
• El niño espía. Estos niños tienden a investigar o preguntar a uno de los padres, con el objetivo de sonsacar información y comunicárselo al otro.
• El niño mensajero. En este caso, los padres “utilizan” al niño. Para no tener que relacionarse entre ellos, le mandan al hijo tratar ciertos temas que deberían afrontar ellos.
• El niño confidente. Estos niños tienen que escuchar constantemente a un progenitor quejarse y hablar mal del otro. Les hablan como si fueran mejores amigos, y como si el niño tuviera que escucharles e incluso dar soporte y ayuda.
• El niño colchón. Los padres, en este caso, critican, se quejan, descalifican… al otro progenitor delante del hijo, sin embargo, el niño se calla todo para no traicionar a ninguno de los dos.
• El niño dividido. Estos niños parecen tener dos vidas completamente diferentes, pues estando con uno o con otro, no parece existir nada más.
• El niño que se siente un estorbo. Son niños que sienten que no son queridos o que molestan, precisamente porque los padres están demasiado metidos en su guerra y no están pendientes de él.

Cuando todo esto se lleva al extremo, podemos estar ante un caso de alienación parental, donde la instrumentalización es extrema, donde uno de los padres logra que el niño le vea a él como el progenitor bueno y querido y que vea al otro como el malo y odiado.

En función de la intensidad o gravedad de la situación, este problema puede ser:

• La alienación es superficial, de forma que los hijos aún toleran al progenitor denigrado, aunque empiezan a mostrar conductas de oposición o queja relacionadas con la información que reciben del otro progenitor.
• Cuando la intensidad es moderada, los hijos presentan muchas más resistencias y conductas conflictivas, como oposicionismo o falta de respeto.
• En estos casos, el contacto o la relación con uno de los progenitores es imposible y el rechazo por parte del hijo es tan intenso que puede recurrir a la violencia física.

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