Por Gastón del Torto / @g_deltorto
La famosa frase de Rodolfo De Paoli nunca cayó tan bien como para este momento de River. Cayó derrotado frente a Belgrano en Córdoba 2-0 y no dispondrá de Adalberto Román, Paulo Ferrari y nada menos que Matías Almeyda para el partido revancha en el “Monumental”, el próximo domingo a las 15.
Lamentablemente, además de la victoria del “Pirata”, la noticia volvió a ser la violencia. Minutos después del gol de César Pereyra (el segundo), un grupito de la parcialidad visitante se encargó de despedazar el alambrado para que cuatro o cinco delincuentes, que simularon ser hinchas de River, ingresaran al campo a increpar a los jugadores. Se la agarraron con Carlos Arano, Román y Almeyda. De hecho, el paraguayo recibió un empujón de un muchacho que no tuvo ni los cojones suficientes para mostrar su cara. En una gran muestra de profesionalismo, ninguno de los tres atinó siquiera a utilizar la fuerza bruta para sacarlos o responder con la misma moneda. Tras ese hecho, el partido estuvo demorado alrededor de 20 minutos pero gracias a la seguridad cordobesa, pudo finalizar.
Con respecto al contexto que envolvió al partido, queda claro que la historia de River no es pelear por la permanencia, batirse frente a un equipo del Nacional B para mantenerse en la elite del fútbol argentino. Viejas figuras de este deporte aseguraron alguna vez que era más complicado pelear por el descenso que por el título. Hoy, el conjunto “Millonario” demostró que eso es cierto. Incluso, un calvario que todavía no terminó y que será difícil dar vuelta (en el Clausura sólo le hizo dos goles a Huracán y Newell’s).
El primer partido ya lo jugó y no le fue bien. El equipo de Juan José López se caracteriza por no convertir demasiados goles. Hace algunas fechas atrás, al menos, también se les hacía difícil a los rivales anotarle pero eso se terminó y River juega los partidos nublado de preguntas, dudas, nerviosismo e imprecisiones. Por falta de costumbre, acaso.
Lejos de haber jugado bien al fútbol, el equipo demostró coraje y cuanto menos intentó, atropelladamente, descontar. Apenas lo único que se le puede pedir a un plantel en estas instancias. En el primer tiempo no tuvo ocasiones claras, salvo un cabezazo de Román que sacó Juan Carlos Olave pero en la segunda etapa, mediante pelotazos frontales y varios tiros libres de Erik Lamela y Mauro Díaz, bien resueltos por el arquero, pudo haber conseguido, por lo menos, un gol.
Más allá de los merecimientos, Belgrano fue un justo ganador. Los dos delanteros aprovecharon las fallas del fondo “Millonario”. Tanto Pereyra como Franco Vázquez llevaron peligro al arco de Juan Pablo Carrizo. De hecho, el “Picante” convirtió el segundo tanto. Del mismo modo, el “Indio” César Mansanelli, de larga trayectoria en el “Pirata”, también completó una buena actuación y se anotó en la tabla de goleadores con un potente tiro cruzado, de penal, tras una evidente mano de Román.
La noticia más relevante por estas horas, en referencia al partido de vuelta, es la dificultad que tendrá el entrenador de River para armar el bloque defensivo, a raíz de las ausencias del capitán, Almeyda, un buen defensor como el paraguayo y el corajudo de Ferrari. Seguramente, el equipo titular será un poco más sugestivo y ofensivo que hoy. El chico Leandro González Pires podría ocupar el lugar vacante en defensa, Walter Acevedo en la mitad, junto a Ezequiel Cirigliano, Roberto Pereyra y Arano por las puntas y Lamela, Pavone y Caruso arriba. Aunque por ahí, puede llegar a buscar más juego con el ingreso de Mauro Díaz o Manuel Lanzini. En fin, todas hipótesis, conjeturas de los que será uno de los encuentros más importantes en los 110 años de vida que tiene la institución.
Por último, un párrafo especial para los jóvenes jugadores “Millonarios” que se hicieron cargo del mal momento de River, intentaron jugar y demostrar porqué forman parte de un club tan exitoso. Primero, Cirigliano, con apenas 19 años, fue el que más propuso. Tal vez no le salió de la mejor manera, pero siempre mantuvo la tranquilidad y sapiencia para elegir la mejor opción.
También Lamela, artífice de cada llegada de peligro al arco rival. A principio de campeonato, se “calzó” la “10” y demostró que no le pesa. Seguramente tiene cosas para mejorar, como soltar un segundo antes el balón, pero sin duda, de no ser por él, los ataques de River serían aún más esporádicos. El tucumano Pereyra, también es otro, aunque hoy no tuvo una buena noche. Acaso en ellos tres, más lo que pueda generar Caruso arriba, deberá focalizarse el conjunto de J. J. López. Más que nada porque estas son las opciones más claras y viables para conseguir el triunfo por dos goles que lo mantenga, a uno de los dos mejores equipos de Argentina, en la máxima categoría.