Revista Cine

Situación límite

Publicado el 29 enero 2013 por _jorge_

Película de mafiosillos grabada por un director que ha visto -estamos seguros- muchos trabajos de Tarantino, a “Los ángeles de Charlie”, Ritchie en las presentaciones de los personajes, quizá algo de “Taxi driver” y una mezcla difusa de pelis de malotes que tiran fácil de gatillo.

Si os soy sincero, veo reflejos y más reflejos de un ciento de pelis de gansters en esta, pero no veo por lado alguno la personalidad propia, exclusiva del director. No es una película de este director: es una película formada a base de retales de cientos de pelis de este tipo de argumentos de mafias y malos de pistolas.

Coño, casi que podría enumerar cada una de las escenas y encontrarle el paralelo en pelis anteriores. El director debería haberse dado cuenta de eso y tener el buen gusto de alejarse en estilo y sentido artístico de otras producciones, de otras escenas de películas pertenecientes al mismo tipo de argumento.

Aparte de eso, el argumento suena a poco creíble por la cuestión amorosa que le da sentido a buena parte de la película. Yo, que soy en este caso el que critica, no me lo creo, no me resulta creíble; me suena a paparrucha, la verdad.

Matar con pistola es siempre lo mismo: uno que dispara y otro que recibe el tiro, pero los buenos directores tienen la propiedad, el gusto de hacer auténticas obras de arte con esa argumentación tan básica dentro de una escena: un actor dispara y otro recibe el tiro. Buenos directores que no recuerdan a otros, buenos directores que hacen su escena exclusiva, genial, virtuosa, pero no es el caso de este director. Para nada.

Floja. Tonta. Predecible. Reflejo de otras pelis del mismo estilo y sin intento alguno de realizar algo con creatividad propia.

Y un detalle que me jode lo indecible, aunque es una mera cuestión técnica: una chica amenaza a un conductor con una 1911 cromada para que se baje del automóvil y le permita escapar. Bien, la 1911 es de simple acción y apunta al conductor… sin amartillar, con lo que el conductor bien le podría pegar una hostia, concebirle un hijo, sacar entradas para los L. A. Lakers y comprar dos botellas de Wild Turckley antes de que la chica amartille el arma, sirva entonces para disparar y amenazar a alguien.

Situación límite


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