El director Sam Mendes (Camino a la perdición) se pone tras las cámaras para llevar a cabo la vigésimo tercera parte de el agente menos secreto (pero si popular) británico,James Bond. El actor Daniel Graig interpreta por tercera vez al famoso agente secreto, dentro de uno de los films, anunciado como uno de los más clásicos; pero que también pierden muchos conceptos de el propio 007.
Una banda terrorista se apodera de un disco con información ultra-secreta de los miembros del MI6, infiltrados en las organizaciones terroristas, tras caer James Bond abatido. Es cuando en Inglaterra empiezan a pedir cabezas del los responsables, que han permitido dejar escapar tal vital información. El presidente de la comisión de inteligencia y seguridad, se reúne con "M" para que abandone su puesto "amistosamente", siendo totalmente condecorada; a pesar del fiasco que acaban de cometer. "M" no acepta su jubilación como una salida de la crisis que se acaba de provocar y decide seguir en el departamento hasta que todo vuelva a la normalidad. Cuando menos se lo esperan, aparece el hombre de los mil y un recursos, James Bond, como si saliese de su propia tumba para volver al trabajo y desenmascarar una vez más al terrorista y apresarlo. Pero ¿James Bond esta en condiciones de poder volver a su puesto con total normalidad?
Estoy seguro que Daniel Graig tiene el rostro de tipo duro que le faltaba a Pierce Brosnan; pero al mismo tiempo Pierce Brosnan tenia un arquetipo de una clase burguesa, al contrario de Daniel Graig, el que interpreta más a un personaje que ha salido de la calle. Mirándolo de esta forma y haciéndonos con una idea global de todos los actores que han interpretado al famoso agente 007, puedo decir que Daniel Graig, es sin duda el que destaca por no tener el rasgo de burgués. Más amoldado de la vida callejera que la de unos despachos.
¿Skyfall es un clásico?
Hay muchos detalles en la película, en los que van apostando por rejuvenecer muchos más al agente. Por ejemplo, y uno de los detalles que me percate de la película; es que cuando le sirven el vodka-martini lo agitan, en vez de mezclarlo. Por otro lado, en vez de seguir mostrando las últimas tecnologías más innovadoras dentro de sus armas. Lo hacen de una forma muy discreta, y encima volviendo a poner en marcha el mítico "tiburón", un coche que llegaría a coger un gran prestigio, tanto para la propia marca como para el agente. Que durante muchos años, sería una de las marcas de identidad de 007. ¿Es por esto, por lo que la llaman clásica? Más bien podría decir: "Sacar recursos del museo, para ahorrar costes".
La película estuvo a punto de ser suspendida, debido a la bancarrota que tenía la multinacional MGM studios, y que estaba dejando en la cuerda floja a la esperada "Hobbit", la tercera parte de la Pantera rosa, y la saga de James Bond. Saga que llego a estar en venta, pero que al parecer, nadie quiso hacerse cargo con el catalogo y, con las nuevas producciones del agente creado por el novelista inglés Fleming. Hasta que "consiguió" que MGM volviera ser solvente para poder afrontar los nuevos encargos de dichas franquicias.
El actor Javier Bardem vuelve a encarnar al malo de la película, considerado como una de sus mejores interpretaciones, después de haber dejado su huella de calidad, en el film "No es país para viejos" de los hermanos Coen. Tal vez por su forma de gesticular, que no la llega a hacer tan basta pero que tiene mucha expresividad,. En esta ocasión interpretando a Raoul Silva, un antiguo miembro del MI6 que ha decidido cambiarse de bando convirtiéndose en uno de los terroristas más buscados del planeta. Hacen que el propio actor valla cogiendo más prestigio dentro de los personajes más malvados dentro de la gran pantalla. Un villano que suscito muchas críticas por su forma de comportarse delante de James Bond, pero que al mismo tiempo, es todo un galán a la hora de maltratar y asesinar. No pierde para nada la compostura.
Nota.- 8'5/10