Revista Cine
ESTADOS UNIDOS, 2012
TÍTULO ORIGINAL: SmileDIRECTOR: Michael J.Gallagher
PRODUCTOR: Michael WormserGUION: Michael J.Gallagher, Glasgow PhillipsREPARTO: Caitlin Gerard, Melanie Papalia, Shane DawsonDURACIÓN:90 minutosWEB: http://smileymovie.com/ IMDB: http://www.imdb.es/title/tt2025667/
VALORACIÓN: 3.75/10
MAXIMUM TROLLING
LULZ: El termino Lulz es una derivación de LOL (Laught out loud). Según un artículo del New York Times sobre los ataques troll o bromas en internet, el termino significa “El orgullo de haber desequilibrado emocionalmente a la victima”. El uso del término se puede ver cuando un grupo de atacantes o bromistas dicen que hacen algo “for the lulz”, que más o menos sería que el objetivo del ataque es el disfrute de los desequilibrios que se causen contra la victima o victimas.
Smiley es un supuesto slasher que basa todo su argumento en internet, redes sociales y nuevas tecnologías, utilizando mucha terminología especifica de la red que si estas mínimamente familiarizado con ella te servirá para descubrir el final de la película a los cinco minutos de darle al play.
Los primeros minutos de la película se utilizan para presentarnos una leyenda urbana que circula por internet: si te encuentras chateando con alguien y escribes tres veces una misma frase invocas al mal y la persona con la que hablas será asesinada por un asesino conocido como Smiley.
El aspecto de este asesino es brutal, un rostro plano en el que tiene cosidos los ojos y una sonrisa que recuerda al famoso emoticono que le da nombre. Por desgracia se trata de un personaje que esta totalmente desaprovechado, ya que una vez presentada la historia pasa a un segundo (o tercer) plano y lo que todos esperábamos que fuera un sanguinario slasher se convierte en una especie de thriller psicológico con muy poca gracia.
Ashley (Caitlin Gerard) es una joven que va a comenzar la universidad y por ello se muda de casa y se instala con otra joven estudiante, Proxy (Melanie Papalia). Ambas acuden a una fiesta convocada a través de internet y allí conocen la leyenda de Smiley. Una vez en casa deciden comprobar con sus propios ojos si esta leyenda es real o solamente es una más de las miles de bromas que circulan por la red: escogen su victima, escriben la frase y matan a un joven inocente.
A partir de entonces la película se centra en la psique de Ashley, en su descenso a la locura en el cual llega un momento en que no es capaz de distinguir la realidad de la ficción y en el que la paranoia se apodera de ella. Se siente acosada a todas horas por Smiley, y como si de Freddy Krueger se tratara le visita en sueños provocándole unas terribles pesadillas.
Todo esto sucede sin ninguna muerte de por medio y con unas charlas cientificofilosóficas entre Ashley y su profesor de universidad (interpretado por Roger Bart) que no llevan a ningún lugar y no aportan absolutamente nada al desarrollo de la película.
El desenlace como hemos comentado al principio es 100% previsible si estas un poco familiarizado con alguno de los términos que se utilizan a lo largo de la película, en caso de no ser así puede resultarte una troleada (termino que también esta muy relacionado con la película) en toda regla.
Smiley supone el debut en un largometraje del jovencísimo director estadounidense Michael J.Gallagher , que a sus 23 años ya ha obtenido diversos reconocimientos gracias a algunos de sus cortometrajes.
A la película le faltan muertes y sangre, ya que se ha vendido en todo momento como un slasher y las referencias a estas películas son latentes durante todo el metraje, siendo Candyman, Scream y Pesadilla en Elm Street sus principales inspiraciones.
Pero es que el film tampoco funciona como thriller psicológico, la tensión es prácticamente nula, en parte gracias a la sobreactuada interpretación de Caitlin Gerard, mala mala mala. El resto del reparto también es bastante lamentable, pero quedan eclipsados gracias a la insoportable actuación de su protagonista.
Por lo que hace al final, a parte de previsible, resulta bastante inverosímil y absurdo. Da la sensación que Michael J.Gallagher ha querido poner toda la carne en el asador durante esos últimos minutos para sorprender al espectador pero no lo consigue, y es que la película es tan aburrida que llegamos a esos últimos minutos desganados y lo que menos nos apetece es que nos intenten tomar el pelo.
Resumiendo, Smileyes la peor opción posible para una tarde de domingo en la que te apetece ver un slasher sin grandes pretensiones, ya que te encontraras con una película que se queda a medio camino de nada y con la sensación de haber tirado la tarde a la basura. Michael J.Gallagher si tu intención era trolearme lo has conseguido!!