Al igual que muchas de las últimas películas de terror que han tenido un éxito masivo de público, el film que hoy nos ocupa ha utilizado el marketing viral y un poderoso trailer de presentación para sembrar expectativas entre todos los aficionados, creando un culto alrededor de ella que, a la hora de la verdad, se diluye como azúcar en el café matinal; Smiley, que supone el debut en el largometraje de Michael J. Gallagher, es una película de carácter 'indie' que sigue los pasos de Slashers ya consagrados para intentar una actualización de los conceptos en ellos esgrimidos; para tal menester Gallagher introduce conceptos filosóficos y modernas tecnologías de comunicación para explicar las deshumanización del ser humano, su brutalidad innata y la alienación de la propia identidad. La premisa, a priori, parece interesante, romper los esquemas habituales para dar cabida a nuevos conceptos siempre es una postura de agradecer, desgraciadamente el film queda a medio camino de todo y no logra ajustar todas las piezas; el poco presupuesto, la poca entidad de los intérpretes, en especial la protagonista Caitlin Gerard, y la confusión que provocan los continuos cambios de orientación argumental, lastran considerablemente el desarrollo global, dejando una sensación de 'quiero pero no puedo' y, por supuesto, dejando al aficionado bastante desconcertado. Smiley tiene un poco de todo: una leyenda urbana le sirve de base, un ente asesino carismático sirve de propicio vehículo para crear tensión y el terror, una velada crítica a las nuevas tecnologías y a lo que se esconde detrás de ellas (anonimato, incapacidad de comunicación real, mentiras etc...) y una leve reflexión sobre la fragilidad de la psique humana, en definitiva gran cantidad de dispares elementos que no pueden ocultar la torpeza en el desarrollo ni los graves agujeros en el guión; por otro lado la poca capacidad para dar un ritmo coherente a toda la historia y la indefinición en los objetivos que busca el director, provocan no pocas escenas ridículas y anti climáticas que ahogan cualquier posibilidad de entrar de lleno en lo que intentan explicar, asimismo hay gran cantidad de trucos fáciles (y previsibles) para intentar provocar el susto fácil en el espectador pero que en su gran mayoría no funcionan bien y... bueno es que no se que más decir; la película no consigue ser un slasher, no consigue ser una reflexión sobre los tiempos que corren y, sobre todo, consigue estropear lo que podría haber sido un nuevo y gran asesino, pecados todos ellos definitivos que hunden al film en la mediocridad más absoluta. En definitiva un 'experimento' fallido con algunos destellos acertados que está, no obstante, en la línea más o menos habitual de las últimas producciones que nos están llegando, y que no hacen más que confirmar lo que parece ser una dramática falta de talento para dirigir y orientar el nuevo cine de terror hacia caminos más originales e interesantes. Parece ser que con una buena campaña de marketing viral y un trailer apañadito ya es suficiente para justificar noventa minutos de tibieza cinematográfica. Saludos!!!
Ficha Técnica
Año: 2012 / Director: Michael J. Gallagher / Productor: Michael Wormser, Michael J. Gallagher, Cindy Cowan, Glasgow Phillips, Michel Rangel / Guión: Michael J. Gallagher, Glasgow Phillips / Fotografía: Nicola Marsh / Música: Dave Porter / Dirección Artística: Breanna Wing / Diseño de Producción: Alec Contestabile / Maquillaje: Steve Constanza, Ali Magee, Greg McDougall, Jennifer M. Quinteros / Efectos Visuales: Juan Ignacio Cabrera / País: USA / Duración: 90m. / Color
Ficha Artística
Caitlin Gerard, Shane Dawson, Melanie Papalia, Roger Bart, Andrew James Allen, Keith David, Toby Turner, Michael Traynor, Liza Weil, Jana Wintermitz, Nikki Limo, Jason Horton, Richard Ryan, Elizabeth Greer, Patrick O'Sullivan, Darrien Skylar, Massimo Coppola, Kai De Mello-Folsom, Bree Essrig, Laloni Harris, Spencer John Olson, Breelayne Ring.