Como bien habréis averiguado, no conseguí conexión a internet en todo el viaje, o al menos, si la conseguí, no dispuse del tiempo suficiente ni de los medios adecuados para actualizar esto a tiempo real.
Finalmente me encontré en Lusaka con mis amigas, las mismas que me vinieron a visitar cuando estuve en Chile: Jara, Irene, Ana y Teresa. Esa misma mañana partimos hacia Livingstone, la ciudad que hace de campamento base para visitar las cataratas Victoria desde el lado de Zambia.
Después de un viaje de autobús que tardó bastante más de lo previsto debido a diversas averías a lo largo del camino, llegamos a la noche a Livingstone, donde acampamos, nos tomamos una Mosi oa Tunya (la cerveza nacional) y nos acostamos para disfrutar de las cataratas a la mañana siguiente.
Al ser época seca, no caía tanta agua como esperábamos, sin embargo el sonido y la cantidad de agua en forma de vapor que se dispersa hacia el cielo, es impresionante; me imagino la cara del señor Lvingstone cuando llegó hasta allí. Cuando ves las fotos de las cataratas en época de lluvias, puedes apreciar la gran diferencia que hay.
Paseamos por las pasarelas, con cuidado de los babuinos ladrones que se encuentran en los alrededores, y a los que los guías locales ahuyentan con un tirachinas. Disfrutamos de las bonitas vistas e hicimos muchas fotos; sin embargo, se nos hizo corto; la visita no podía terminar ahí; no habíamos recorrido tantos kilómetros para visitar las cataratas en una hora y media. No, no podía ser...
la frontera Zambia-Zimbabwe está en ese puente
Entonces empezamos a preguntar por "La piscina del diablo"; algo de lo que habíamos visto fotos pero no teníamos mucha idea. Resulta que caminando por el borde de la cascada, entre piedras y riachuelos, al estar en época seca, se puede acceder hasta el punto mismo de la caida de agua principal. Al principio nos sentó un poco mal que no se pudiese acceder por tu cuenta, y te cobrasen un extra de 30 dólares para caminar por unos lugares que se nos antojaban fáciles. Después de pagar y ser guiados por un chico, descubrimos que en realidad el camino era bastante complicado, y además había elefantes en libertad en las proximidades, por lo que nos alegramos mucho de ser guiados hasta el lugar.
"African chain" that thunders
Una vez allí, después de caminar alrededor de una hora clavándonos rocas en los pies y cruzando zonas con bastante corriente, llegamos hasta un punto donde tienes que dejar todas tus cosas y quedarte solo en bañador. Si te fías, le puedes entregar tu cámara de fotos a otro chico que está allí esperando, y él se encarga de hacerte fotos.Nadamos al borde de la cascada, y llegamos hasta la famosa "Devil's pool", una pequeña piscina natural en la que la corriente es bastante floja, pero donde te bañas justo en el borde de la cascada. Con la adrenalina a mil, saltamos y nos acoplamos en el borde. Tras un ratito de felicidad y cague al mismo tiempo, salimos por donde habíamos venido. Esta fue, sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida. Recomiendo a todo el mundo que vaya a las cataratas por el lado de Zambia, que no se pierda esta oportunidad, porque es ........... (o más!). Las fotos hablan por si solas!
Nota: Algunas fotos son de las cámaras de Ana y Teresa