Revista Cine
Charles M. Schulz (1922-2000) creó la tira cómica “Peanuts” en 1950, aunque uno de sus dos personajes emblemáticos, el perro beagle Snoopy ya había sido presentado en alguna tira cómica anterior, aunque no con ese nombre. El segundo personaje es, por supuesto, el siempre fracasado Charlie Brown que, dicen por ahí, tenía más de una característica en común con el propio Schulz en su infancia.“Peanuts” –que, en el argot gringo, es “cosas sin importancia”- se convertiría en una de las tiras cómicas más leídas en la segunda mitad del siglo XX, analizada por Umberto Eco y transformada en una interminable máquina de hacer dinero, con más de medio centenar de episodios televisivos, telefilmes y películas para la pantalla grande.Snoopy y Charlie Brown: Peanuts la Película(The Peanuts Movie, EU, 2015) es, pues, el cuarto largometraje de Charlie Brown, Snoopy y compañía, pero apenas el primero desde la muerte de su creador, Charles M. Schulz, quien publicó la última historieta de “Peanuts” el 13 de febrero de 2000, un día antes de su fallecimiento. También es el primer largometraje de los personajes de “Peanuts” que no es dirigido ni producido por el sonorense Bill Meléndez (1916-2008), aunque de cualquier manera su presencia es constante en toda la cinta, no solo por el rescate de su estilo de animación, fiel a la tira cómica original, sino porque la voz de Snoopy y de su pequeño camarada plumífero es precisamente la de Meléndez, rescatada de las innumerables obras fílmicas y televisivas anteriores.Peanuts la Película es un muy consciente y muy disfrutable regreso al origen. Por un lado, apela a la nostalgia de los adultos que alguna vez leímos las desventuras de Charlie Brown pero, por el otro, el guion -escrito en parte por el hijo y nieto de Schulz- presenta a todos los personajes y sus circunstancias casi desde el inicio, como si estuviéramos ante la primera película de todas estas criaturas.Así pues, vemos de qué manera Snoopy consigue su famosa máquina de escribir en la que imagina sus emocionantes aventuras aéreas combatiendo al implacable Barón Rojo en los cielos de la Primera Guerra Mundial, así como somos testigos del nacimiento de la obsesión de Charlie Brown por la inalcanzable Niña Pelirroja. De hecho, el centro argumental del primer filme de “Peanuts” post-Schulz-post-Meléndez está centrado precisamente en esto último: en atestiguar los esfuerzos del eterno fracasado Charlie Brown para que la nueva compañerita del salón, la bella esquiva Niña Pelirroja, sepa que él existe.Los herederos de Schulz, el director Steve Martino (La Era del Hielo 4/2012) y la propia casa productora Blue Sky Studios, lograron sostener el equilibrio entre el respeto a la tradición y la renovación de la misma. En el aspecto estilístico, aunque la animación es digital, Charlie, Snoopy y todos los demás personajes aparecen de la misma forma que en la tira cómica, de frente o de perfil; y en el aspecto temático, la historia no traiciona la vocación por la derrota de Charlie pero también nos brinda la satisfacción de ver cómo este melancólico niño cabezón finalmente recibe lo que se merece, la conmovedora descripción de todas sus cualidades: su compasión, su honestidad, su valentía, su nobleza…Denme un triunfante Charlie Brown, aunque sea por un minuto, y todos los niños tímidos e inseguros que fueron, fuimos y serán, tendrán una razón para seguirlo intentando… y fracasando en el intento, qué remedio. Pero a eso se le conoce como crecer. A eso se le conoce como vivir. (Caray, qué cursilería acabo de escribir. “Good grief!”, diría el propio Charlie Brown).