"El tren es el mundo, nosotros somos la humanidad"Bong Joon -ho, es uno de los cineasta surcoreanos más reconocidos, no sólo por los premios que ha recibido en diversos festivales, sino porque sus películas se han convertido en verdaderos fenómenos de culto y rentabilidad, principalmente The Host -la película más taquillera de Corea del Sur- y Memories of a Murder; este sociólogo/cineasta, se ha encargado junto a otros directores como Park Chang Wook y Kim Jee -woon, de transformar a este país asiático en una de las industrias más interesantes, prolíficas y contundentes,no sólo por sus creativas, estilizadas y novedosas historias sino por sus dinámicas de producción y efectivos manejos; en cierto modo, esta segunda nueva ola del cine surcoreano, se debe a estos realizadores, que con otra mirada y perspectiva, se han empezado a tomar a Hollywood, como sucede con la última película de Joon -ho Snowpiercer, película que vamos a reseñar a continuación.
Esta adaptación de la novela gráfica "Le Trasperceneige" (Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean- Marc Rochette) escrita por el estadounidense Kelly Masterson (Antes que el diablo sepa que has muerto) pero concebida, pensada y adquirida por el propio Joon-ho, es una historia distópica en un futuro no muy lejano, en la que gran parte de la humanidad ha desaparecido, y los pocos que quedan, habitan en un impresionante tren que viaja de forma continúa por este congelado planeta.
La película inicia contándonos, como en el 2014, un fallido experimento para combatir el calentamiento global, lleva a la desaparición de la humanidad. Diecisiete años después nos vamos a montar, junto a los más variopintos personajes en el último tren, que cruza el planeta con un motor de perpetuo movimiento. Pero como ha sucedido siempre, en el tren, vemos como los más pobre viven en las peores condiciones, bajo la hambruna y el frío de este espacio, y los más poderosos disfrutan de los privilegios de los primeros vagones; este círculo vicioso, orden de poder, quiere ser cambiado por Curtis (Chris Evans) y un gran grupo de los desamparados que viven en la cola del tren; la revolución, violencia y muerte serán los elementos narrativos de este largometraje de ciencia ficción sucia.
Y así sucederá que encabezados por Curtis, la sabiduría de Gilliam (John Hurt) y la necesidad de recuperar a los niños que han sido robados por los más poderosos, este viaje - que no sólo es contante por el referente del tren- al interior de las entrañas de la sociedad, será una oportunidad para conocer las historias de cada uno de los personajes, las intrigas, misterios y demás situaciones que están al otro lado del tren, encabezado por el Wilbur (Ed Harris) líder y creador de este monumental artefacto.
Con una fotografía oscura - poco lograda en mi opinión - por parte de Hong Kyung-pyo, cinematógrafo de las últimas películas de Joon-ho; que tiende hacía los fuertes contrastes, luz dura y adaptabilidad a los espacios que se quieren recrear, que se conjuga con un manejo de cámaras mucho más interesante, donde domina el dinamismo y los recorridos emulando el mismo acto de viajar. Como suele suceder en estas películas, tanto los efectos especiales como el diseño de producción son impactantes, principalmente la estructura del tren, el vestuario y el planeta congelado, siendo los puntos más fuertes de la misma; cabe destacar la música de Marco Beltrami, compositor habitual del cine de terror, quien con sus partituras instrumentales, oscuras e intensas atmósferas, se apropia del mismo estilo de Snowpiercer. Aunque las actuaciones son corales, o mejor, son varios personajes que tienen cierta trascendencia, finalmente los protagonista son Chris Evans y Song Kang-ho, el primero que definitivamente no pierde su aire de superhéroe, que sin hacerlo mal, en definitiva le pesa las escenas dramáticas y Kang -ho, quien finalmente, es el que mejor lo hace no sólo de estos dos, sino de todo el reparto - además se puede decir que es el actor fetiche de Joon-ho, porque ha participado en las películas más exitosas de éste-, cabe destacar más que el papel, la presencia de John Hurt - un referente del cine distópico revolucionario (1984 - V de Venganza) y la superlativa transformación de Tilda Swinton (sobreactuada para mi gusto pero irreconocible y por ende adaptada al estilo del filme), otros personajes como el de Ed Harris, aunque primordial tampoco marca gran diferencia, y los demás, que se van perdiendo en el desarrollo de la misma.
Segunda película que veo de este director (tercera sin contamos el capítulo de Tokyo!), y aunque es un producto entretenido, logrado visual y técnicamente, llega a decepcionar, no tanto por su caótico desarrollo o intrigado concepto de sociedad moderna en un pequeño espacio, sino porque su guión parece no aprovechar las mejores posibilidades del género, igualmente se hacen intrascendentes ciertas secuencias, y aunque es obvia su cercanía al mundo del cómic, tanto, de donde parte como por su puesta en escena, no todos lo elementos se conjugan de forma coherente, sin negar que gran parte de las actuaciones se pierden en medio del caos de violencia y de la estructura del guión. Aunque no creo que sea el despropósito,que algunos comentan, ni mucho menos un "bodrio", tampoco creo que sea una gran película, ni un importante referente al cine de ciencia ficción y mucho menos, una de las mejores de este año; aun así, es proyecto bien trabajado, con ciertas dosis de originalidad, personajes bien desarrollados e impactante visualmente.
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Producida por Park Chang WookNominada a mejor película de ciencia ficción y la actuación de Tilda Swinton en varios festivales
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