Sobran las campañas electorales

Si ya se vuelven locos los políticos por agarrarse al sillón que les permite vivir de los impuestos del resto de los ciudadanos cuando hay unas elecciones, imagina cuando en un mismo año confluyen elecciones municipales, autonómicas y generales. El paroxismo se apodera de todos ellos como si una comadreja hubiera entrado en un gallinero pidiendo el menú del día.

De hecho el 2015 podría ser considerado como el año de la campaña electoral perpetua. Como una buena condena que tenemos que sufrir. Todas las televisiones sacando caras sonrientes de políticos a todas horas prometiendo la tanda habitual de estupideces que pocos se creen ya. En resumidas cuentas un año entero de tortura mediática.

Pero hoy en día sobran las campañas electorales. Eso de avisar con tantos meses de antelación para organizar unos comicios con los medios tecnológicos existentes es algo que carece por completo de sentido. El mecanismo de las elecciones está muy bien engrasado. Montar los colegios electorales se puede hacer en pocas semanas. Al igual que preparar urnas y papeletas. Del mismo modo los programas que se usan para realizar el escrutinio son perfectamente válidos para varias elecciones. Es más ni tan siquiera haría falta tener que acudir a los colegios electorales. Que cada uno vote desde casa con un certificado electrónico (vale que el número de analfabetos digitales es grande, pero si consigues manejar un smartphone para poner un wasap a tu nieto, puedes votar por internet).

Entonces, ¿Por qué hay campañas electorales hoy en día?

A mi juicio es sencillo. Se trata de una cuestión de tener el tiempo suficiente encendidos los micrófonos soltando mentiras para ver si alguno se las cree… ¡Y vaya si hay incautos que se las creen!

Los políticos son como los malos estudiantes, necesitan tiempo para hacer trampas con las que lograr sus mezquinos propósitos. Y para ello una campaña electoral es buena, y si tiene precampaña electoral mejor, y ya verás como se inventan el previo a la precampaña electoral y el inicio del previo de la precampaña electora a la espera de ver que nombre le ponen al año antes de que se inicio el previo de la precampaña electoral.

Son el mismo perro con el mismo collar extensible. La única diferencia entre una precampaña electoral y una campaña electoral estriba en que durante la campaña electoral los partidos políticos pagan a los medios de comunicación con el dinero de nuestros impuestos para soltar sus soflamas, mientras que en la precampaña el pago se realiza en base a futuros favores políticos.

De modo que la distinción entre precampaña y campaña electoral en la práctica no existe. Todo es campaña electoral, todo es una carrera endiablada contra los demás adversarios, una estampida que se lanza envuelta en estruendo y alaridos varios, cual legión de enloquecidas alimañas sedientas de sangre.

Muchos prefieren una campaña larga, al estilo de las que se escenifican en estados unidos en las que se va recorriendo todo el país celebrando congresos en el que por un lado se trata de engañar a los electores con vacuas soflamas electoralistas y por otro lado se mercadean favores a cambio de apoyos políticos. Tú me apoyas yo haré que no te falten contratos.

Sin embargo lo de conseguir fondos para el partido político en España de esa forma es ilegal, otra cosa es que se juzgue en condiciones y se condene a los responsables de las financiaciones delictivas.

Además, ¿para qué necesita el ciudadano una campaña electoral? Para qué los políticos le digan lo que han hecho o lo que no han hecho no hace falta, para eso sólo hace falta tener medio minuto más de memoria que un lenguado para saber todas las cosas que prometieron hacer y no hicieron y todas las otras cosas que hicieron y que consiguieren que vivieras peor que antes (por mucho palabrerío que empleen para decirte que estás mejor, aunque tú veas que estás peor). Y tampoco sirven para saber cómo vas a vivir después de que les votes, porque te están mintiendo. En serio, si necesitas pensar a quién vas a votar es que no te has enterado de nada de lo que ha pasado en los últimos años y si no te has enterado, casi sería mejor que no votaras para no perjudicar otra vez a tus conciudadanos.

De modo que mientras alguna mente lúcida y honrada decide eliminar las campañas electorales no nos queda otra que alejarnos de los medios de comunicación, y tener cuidad de no pisar una zanja, porque es año electoral y las obras invaden el paisaje de las ciudades para tratar de justificarse, como un mal estudiante que al final del examen piden más tiempo para escribir muchas cosas inconexas con las que tratar de disimular de que no tiene ni puñetera idea.

keagustitomekedao