Sobre cábalas y cabaleros

Cada vez que miras un partido importante lo haces en el mismo lugar.
Cada vez que rendís un examen los haces con la misma ropa.
Pensás que hay personas que traen mala suerte.
Tenes tu amuleto de “la buena suerte”.

Si te sentís identificado con alguno de esos ejemplos, tené cuidado, es muy probable que estés confundiéndote.

Final del mundial de futbol. Juegan Argentina y Alemania. Situación que obliga infaliblemente a poner en práctica todas y cada una de nuestras cábalas. Tratamos de hacer todo lo que hicimos en los partidos ganados anteriores. Se junta la misma gente, en el mismo lugar, con la misma ropa, comen lo mismo.

¡Argentina ganó! ===> ¡LAS CÁBALAS FUNCIONARON!

¡Argentina perdió! ===> SEGURAMENTE NOS FALTÓ ALGO.

Independientemente de los resultados, independientemente de lo que pase, hay una sola “verdad”: Las cábalas funcionan, y eso no se discute.

Pero veamos un poco más detenidamente lo que pasó.
Cada vez que miré un partido de Argentina con mi camiseta cabalera, Argentina ganó.
Son dos eventos que claramente van juntos: me pongo la camiseta y Argentina gana.

Ahora dejame contarte algo, algo sobre dos eventos que también van de la mano. Lee con atención:
Cada vez que aumenta el consumo de queso, también aumenta la cantidad de gente que se muere al enredarse en sus sábanas. Y además, cuando uno disminuye, el otro también (1). Es así, pasa.
Si lo miramos en un gráfico se vería así:

Enseguida pensaríamos que es un dato curioso, pero rápidamente diríamos que es pura casualidad. Prácticamente no hay ninguna conexión entre comer más queso y que más gente se muera enredada en sus sábanas. Son dos eventos que se correlacionan, pero que nada tienen que ver. Insisto, dos eventos están correlacionados si a medida que uno cambia en el tiempo, el otro también lo hace y en el mismo sentido (o en el sentido contrario). Que quede claro: correlación no implica causalidad.

Los frikis de la lógica llaman a esto la falacia Cum hoc ergo propter hoc, lo que básicamente nos quieren decir es: ¡Ojo! ¡No te comas gato por liebre! Que dos cosas vayan de la mano, no quiere decir que una sea causa de la otra, puede ser solo pura casualidad.

Ésta falacia tiene una prima hermana, una forma de pensar errónea en la que si observamos dos eventos, uno después del otro, pensamos que el primero es causa del segundo. Esto no necesariamente es así.
Las personas hace muchos años hacían la “danza de la lluvia”, y cuando por suerte al otro día llovía pensaban que su danza era la causa de la lluvia. Hoy espero que sepas que la danza no tiene absolutamente nada que ver. Quiero que prestes atención a ésta frase: No existe ninguna conexión causal entre esos dos eventos.

Querido lector, espero que leyendo éstas líneas te des cuenta de que la ropa que tengas, el lugar que ocupes, o las cosas que hagas, no influyen (aunque quieras) bajo ningún concepto en el resultado de un partido de fútbol, ya que no existe ninguna conexión causal.

Es más, cuando alguien cuestione tus cábalas seguramente le harás una lista de todas las veces que “funcionaron”. Acá estamos pisando el palito de nuevo, estamos haciendo algo que se llama cherry picking, es una falacia que consiste en solo citar los casos que confirmen lo que afirmamos. Nos estamos “olvidando” de aquellas veces en que solo por pura casualidad, nos pusimos la camiseta cabalera y nuestro equipo favorito no puedo ganar.

Como dice Tim Minchin en una de sus comedias (2), podemos rezar la noche anterior para ganar un partido y si al otro día ganamos, establecemos la tonta relación causal de esos dos eventos (rezar y ganar) y hacemos la suposición de que dios se tomó un rato libre de su trabajo habitual para hacernos ganar. La gente es graciosa.

Se podría decir que todo éste despilfarro de lógica, le quita el folclore, la estética y la poesía al fútbol. Pienso que no. Adentrarnos en los mecanismos del lenguaje y la lógica ensalza la elegancia de una pulcra manera de pensar.
Cuando Newton nos explicó por qué se forma un arco iris, ¿le quitó la esencia al fenómeno? En absoluto. Gracias a él y su prisma, cada vez que llueve y miramos al cielo entendemos la complejidad y armonía con la que nuestro mundo se nos muestra.
Cuanto más las conozcamos, las cosas se tornan más bellas.

Así que la próxima vez que te olvides tu amuleto para un evento importante, decí en voz baja “correlación no implica causalidad”, y probablemente todo vaya bien.

Fuentes:
(1) http://www.tylervigen.com/view_correlation?id=7
(2) https://www.youtube.com/watch?v=keLUe0q3psQ

Autor:  Matías Ramos
Estudiante de Medicina en la UBA.
Podés contactarme por email: matt.plate@gmail.com o seguirme en Twitter: @matt_plate

———————Agregado por DrGEN—————————

Matías escribió este post en concordancia con un twit que, a propósito del tema, escribí hace unos días:

Si pensás que hay gente mufa y/o tenés cábalas: ojo, podés ser muy pelotudo!

— Lisandro Carnielli (@DrGEN) julio 9, 2014