Revista Opinión

Sobre el 11 de septiembre

Publicado el 12 septiembre 2018 por Liberal

Como muchos saben, yo sí estuve en Nueva York cuando ocurrió el ataque terrorista del 11 de septiembre, año 2001.
Me encontraba en una clase de sociología estadística: “Evaluation of Evidence.” Cerca de las 9.30 de la mañana, me encontraba yo, como ya era habitual, discutiendo con un compañero de clase enemigo mío sobre la inmigración descontrolada y los peligros que conlleva, cuando de repente nos entra, a clase, un mensajero y dice que “hay guerra en Nueva York.” Tonto de nosotros, le ignoramos, pensando que era una broma o que el chico estaba drogado: pinta de eso tenía. A las 9:45, entró otro estudiante, nos dice: “Salid ya, estamos bajo un ataque terrorista.” Ví un tumulto en los corredores de la facultad y todos salimos despavoridos. Mi universidad queda a unos 30 minutos en metro de la zona cero, lugar de los ataques. Cuando salí a la calle, veo un gran número de personas con aspecto de pánico, algunos corriendo, otros llorando, y otros sin saber qué decir. A estas alturas, yo todavía no sabía qué es lo que pasaba. Decidí entrar a una pizzeria para ver la tele. ¡Imagínense mi sorpresa cuando veo que las torres gemelas ardían, y cuando fui testigo del segundo avión estrellándose contra la segunda torre! No os voy a mentir señores lectores: todos los que me conocen saben que tengo la sangre bien fría y sería mentira decir que yo haya expresado alguna emoción más allá de sorpresa y estupefacción por lo ocurrido. Lo que pasa es que, daba la casualidad que un año antes, servidor trabajaba a tiempo parcial en la zona de las torres gemelas, en un despacho de abogados, como pasante para aprender el sistema americano. De haber yo trabajado ahí un año después, seguramente no estaría aquí para contar todo esto. Pero Dios, en su soberana voluntad, no quiso que me muera el 11 de septiembre, del año 2001. Curiosamente, un año antes, muchos malos pensamientos se me pasaban por la cabeza debido a mi rechazo a la inmigración masiva. Cada vez que me bajaba en Chambers Square (World Trade Center), siempre pensaba en solitario y me decía: de haber un atentado terrorista, éste sería el sitio ideal debido a tanta afluencia de personas, una aglomeración bestial en las horas puntas de la jornada matutina nuyorquina.

Bien: esa es mi anécdota personal sobre lo ocurrido. Debo decir que, como es habitual, me impresionó muchísimo más la “respuesta” americana de unidad ante el ataque en comparación con la “respuesta” al 11-M en España. Ciertamente que, EEUU tiene un pueblo muy noble. La reacción al atentado islámico en Madrid fue vergonzoso y ese día me encontraba en El Escorial (por desgracia he vivido dos atentados islamistas). Mientras que los americanos se unieron para hacerle frente al enemigo, en España mucha gente le echó la culpa al gobierno de Aznar. Esas personas, en cierta medida, son cómplices de los terroristas musulmanes.

Pero, ¿ha aprendido algo EEUU y sus ciudadanos 17 años después? Y aquí repito lo que dije sobre el 11 de septiembre en el año 2009, con algunos nuevos matices:

Yo podría daros una lista entera de los últimos intentos de cometer atentados terroristas en países occidentales por parte de esos quintacolumnistas musulmanes que tenemos metido aquí pero ¿para qué perder el tiempo cuando todas esas notícias son fácilmente encontradas tirando un poco del google?

Mi mensaje de hoy principalmente es que si bien es cierto que los estadounidenses me lograron impresionar el 11 de septiembre de 2001 (y a mi no se me impresiona fácilmente), los ciudadanos americanos de hoy, del 2009, se están “españolizando” o “europeizando” de una manera muy lamentable.

La determinación de los americanos para luchar contra los terroristas en cualquier rincón del mundo se ha debilitado y rápidamente. Ellos creen que ocho años después el enemigo está lo suficientemente débil como para no preocuparse.

El impacto y las lecciones del 11 de septiembre han pasado a la Historia y gran parte no aprendió las lecciones. Aquél día, muchos se dieron cuenta de que vivimos en un mundo muy, pero muy, peligroso. Muchos se dieron cuenta de la falsedad del pacifismo unilateral: siempre habrá un agresor dispuesto a atacar o cometer atentados contra inocentes. Siempre.

Gran parte de la prensa en EEUU, y los americanos, ya han olvidado el 11-S y no recuerdan lo que aprendieron. Algún día, tendrán que aprender otra vez.

Por otro lado, aprovecho para mostrar mi total apoyo a la reciente declaración del gobierno federal americano, en su soberanía, al advertir que NO van a colaborar con el infame y ridículo “Tribunal Penal Internacional”, que no es más que una parodia y farsa de un tribunal nacional real, libremente soberano y representado por los ciudadanos porque responden ante éstos.

Ya escribí aquí hace años sobre el TPI. El TPI ahora tiene la pretensión, dirigido por payasos europeístas, de intentar procesar a los soldados americanos que lucharon por la seguridad y la estabilidad en Afganistán e Irak.

Sin más, como siempre, mi más sentido pésame a la familia de las víctimas y mi reiterada declaración y deteeminación para apoyar los esfuerzos contra el terrorismo. Sigo pensando que el énfasis en la seguridad del estado y la nación deben seguir en pie e incluso en algunos casos reforzarse más.


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