El fascismo y el anti-fascismo como la derecha e izquierda son las dos caras de la misma moneda que utiliza el Estado para desviar del centro de atención los asuntos más relevantes para la sociedad. Las ideologías se utilizan como arma arrojadiza para crear y planificar conflictos (de mayor o menor gravedad) y ocultar la verdadera problemática entre gobernantes y gobernados al converger todas en una misma idea de organización social basada en un Estado como ente que regula, disciplina, uniformiza y protege a la sociedad.