Una de las series que más ha dado que hablar estos meses ha sido, sin duda, Jessica Jones, la nueva y espectacular superheroína (¿o anti-heroína?) que llega pisando fuerte a un mundo de hombres, uniendo a las todopoderosas Marvel y Netflix. La crítica, de manera casi unánime, la ha puesto por las nubes: su planteamiento esencialmente feminista, y un elenco a rebosar lleno de mujeres fuertes, han bastado para que todos amemos esta serie; o, como mínimo, para que la disfrutemos. Pero lo cierto es que no todo ha sido un camino de rosas en Jessica Jones. Y sí, es totalmente cierto que la he disfrutado pero, vista la temporada entera, me quedo con la sensación de que todas las piezas no acaban de encajar. De que no ha sido una temporada perfecta. Y de que, quizá, Jessica Jones no han sido "tan" feminista como muchos críticos apuntan.
Podéis seguir leyendo sin peligro, no habrá odiosos spoilers en estas líneas. Sí que hablaré, sin embargo (aviso para los "puristas"), de los hechos que forman parte de la premisa de la serie:
Una poderosa crítica hacia la ambigüedad a la hora de definir una violación
Jessica Jones y Kilgrave (interpretado por un magnífico David Tennant) son los dos personajes clave de la serie, los pilares sobre los que se apoya todo el peso de la trama. Ambos pasan los 13 episodios que conforman la primera temporada jugando al juego del gato y el ratón, siendo estos roles invertidos constantemente. Porque sí: Jessica fue una víctima, estuvo dominada por los poderes mentales de Kilgrave, pero ha resurgido de sus cenizas cual ave fénix y se ha convertido en una luchadora sarcástica, borde y borracha. No es simpática, se preocupa poco de su aspecto y tiene una fuerza extraordinaria que destrozaría a cualquier hombre: su sola existencia desafía todas las reglas de la sociedad patriarcal.
Lo nuevo de Netflix y Marvel no es solo que de lecciones brillantes sobre feminismo, es que, además plantea debates muy espinosos: ¿qué puede o no considerarse una violación? La respuesta a esta pregunta puede parecer una obviedad, pero lo cierto es que no lo es. Vivimos en una sociedad que culpabiliza a la víctima y trata, de manera indirecta, de exculpar al agresor. Se dice a las chicas (limitando, de esta manera, su libertad) que no caminen solas por calles de madrugada, que no vistan faldas demasiado cortas, que no envíen fotos desnudas a sus parejas para que luego no les chantajeen en caso de ruptura... todo gira en torno a la idea de que son ellas quienes "provocan", se da por sentado que ellos serán incapaces de controlarse (la historia de Adán y Eva ha hecho muchísimo daño a la humanidad). De este modo, pasamos a tener violaciones "con peros": la violaron, pero mira cómo vestía, cómo actuó, las "falsas esperanzas" que le dio, la zona por donde iba...
Jessica Jones es excepcional criticando las justificaciones que se pueden dar a quien comete a una violación. El ejemplo concreto de Kilgrave y Jessica puede (y debe) extrapolarse a estas situaciones tan tristemente contidianas que mencionaba en el párrafo anterior. La escena que más me ha resultado escalofriante de Jessica Jones es aquella en que Kilgrave se asombraba cuando Jessica lo acusaba de haberla violado: para él, esas violaciones nunca se produjeron. Kilgrave no podía entenderlo. La invitó a carísimos restaurantes, la llevó a los mejores sitios de Nueva York. Pero ella jamás dio su consentimiento auténtico, y él, muy en el fondo de sí mismo, era consciente de ello. ¿Cuantas mujeres se sienten más o menos presionadas a tener sexo con el hombre después de que él las haya invitado a una cena o a cualquier otra cosa? Kilgrave estaba cosificando a Jessica del mismo modo en que tantos hombres, en otras circunstancias, tratan a las mujeres como si fueran una inversión donde el gran premio es el sexo, acusándolas de "calientapollas" (odiosa palabra) si les rechazan tras haberlas invitado a una o dos copas, como si eso las obligase automáticamente a decir que sí al sexo. Que Kilgrave tenga poderes mentales y la serie sea fantástica es lo de menos: Jessica Jones está haciendo crítica de temas muy serios que, por desgracia, son de ardiente actualidad.
Y, a pesar de todo...
Como ya apuntaba al comienzo del artículo, casi toda la crítica no ha hecho más que cubrir de flores a Jessica Jones... pero no todos. Os recomiendo enormemente la lectura de este artículo de Mónica Zas Marcos para eldiario.es. No puedo decir que esté de acuerdo con todos los puntos que desgrana la escritora, pero está lleno de ideas interesantes que debemos tener en cuenta a la hora de realizar una lectura en clave feminista de Jessica Jones. En su artículo, Mónica Zas llega a hablar de "el embrujo del falso feminismo" que existe en lo nuevo de Marvel y Netflix:
"Los personajes secundarios femeninos empiezan siendo como un puñetazo en el pecho, pero a lo largo de los episodios se desdibujan y te permiten recuperar el aliento. Por el contrario, tal ha sido la querencia por encumbrar a las mujeres, que los personajes masculinos no solo quedan en un plano obsoleto, sino que -excepto el del villano Kilgrave- todos son de un perfil manejable y bobalicón que les reduce a simples parias."
Esto que dice la escritora es polémico y, sin duda, muy matizable, pero también resulta ser una observación extremadamente aguda. El feminismo lucha por lograr la igualdad entre hombres y mujeres. ¿Cómo es posible, en ese caso, que los hombres de Jessica Jones no sean ni la mitad de complejos e interesantes que las mujeres? Por no hablar de Luke, que ha sido, para mi gusto, el personaje más aburrido, inexpresivo y prescindible de toda la serie. Agradezco que las parejas interraciales vayan ganando presencia en las series (la televisión tiene mucho que aprender de Shonda Rhimes, una diva aún sin igual), pero la no-química entre él y Jessica ha sido un lastre para la trama. Él tan solo era "el" noviete, "el" cuerpazo: un personaje plano y en cierta manera sobresexualizado. Básicamente, su papel ha sido el que han tenido y tienen siempre tantas mujeres en Hollywood... entonces, Jessica Jones, más que ser feminista, ¿solo invierte las tornas?
¡Pero que nadie me tire piedras por osar decir estas cosas! Son preguntas que creo que resulta interesante plantearnos. Jessica Jones ha sido uno de los estrenos seriéfilos más necesarios y refrescantes del 2015, pero creo que es importante llevar a cabo un análisis más crítico de ella, y no tan complaciente como el de ciertos críticos. Porque sí: Jessica Jones es la no-heroína que Marvel necesitaba, ha sido una serie llena de ideas y momentos potentes, de preciosas reivindicaciones feministas, pero dista mucho de ser "la serie revelación" o, directamente, lo mejor del 2015, como muchos ya apuntan. Lo siento, pero para mí lo ha sido The Affair (una serie más sutil pero, en comparativa, mucho más feminista).
Me encantaría leer vuestras opiniones al respecto. ¿Qué ha sido, para vosotros, Jessica Jones?
Isidro López (@Drolope)