Enrique Alfaro Ramírez
La idea no es mala: Convocar a un escrutinio público para que los ciudadanos decidan si tal o cual funcionario electo popularmente debe o no seguir en su cargo, tuvo su origen hace muchos años en una inspiración democrática nacional y local, es decir, esta idea de ratificar el mandato de los políticos en funciones no es nueva.
Cuando algunos ciudadanos empezaron a ver que los funcionarios públicos no cumplían sus promesas, y menos con los mandatos constitucionales, surgió la idea de que ratificar su mandato en una especie de referéndum, sería una buena medida para constatar su eficacia en el gobierno, y consecuentemente decidir si se quedaban o no en el mismo.
Claro está que aquellos ciudadanos pensaban en que una ratificación de mandato tendría que manejarla un organismo autónomo, independiente del gobierno en cuestión, para que el resultado de la votación tuviera absoluta legitimidad, porque de otro modo se prestaría a malas interpretaciones.
El pero… el maldito pero
Ahora resulta que los presidentes municipales del MC en Jalisco quieren adoptar esa vieja inspiración democrática, pero sin que intervenga en la convocatoria y contabilización de los votos un organismo autónomo, independiente. ¡Qué fácil¡¨. Quieren manejar el procedimiento ellos mismos, de manera directa, y lo que es peor, apoyados con los recursos económicos que emanan de nuestros impuestos, es decir, de todos los ciudadanos, sean o no miembros de su partido.
El problema es que difícilmente habrá quien se trague esta maniobra tan burda, ni siquiera muchos partidarios del MC, porque dentro de este mismo Movimiento hay gente muy inteligente, que sabe a ciencia cierta que nadie puede ser juez y parte.
Bien, muy bien que yo me someta a la opinión de los demás, para ver “si voy bien o me devuelvo”, pero los votos resultantes deben partir de gente independiente, con criterio propio, no únicamente de mis “cuates”, lo que sería exactamente igual a echarme incienso a mí mismo.
Conclusión
Si los alcaldes del MC que ahora pretenden someterse al escrutinio público para saber si han hecho o no una buena labor, conociendo de antemano que el resultado de este referéndum será favorable para ellos (porque es imposible esperar un resultado contrario), lo menos que se puede esperar de ellos es que cumplan el período del mandato constitucional para el que fueron electos, es decir, los tres años. De otra manera, sería jugarles rudo a sus propios electores, que confían en ellos, pero además estarían mostrando su verdadera cara, que es conquistar el poder a cualquier costo, atropellando incluso los derechos de los demás.
A la luz de estos acontecimientos, y de otros que han sucedido, no veo un buen futuro para Guadalajara, ni para el Estado de Jalisco, a menos que los políticos reconsideren sus actuales puntos de vista, que lo veo difícil. En primer lugar, necesitamos querer realmente a Guadalajara, a Jalisco, a nuestra gente. No veo otra salida.
javiermedinaloera.com
Artículo publicado por el semanario Conciencia Pública en su edición del domingo 10 de agosto de 2017.