Revista Deportes

Sobre la “samuelada”

Por Malagatoro

Un samuel

Solo cuernos. Foto: Luis Miguel Sánchez (Burladero.com)

La corrupción en la selección y el enviciamiento genético al que han sido sometidos desde que a principio de los noventa los eligieran Ponce -sobre todo- y alguno más, se ha llevado a los samueles al nicho. RIP 1928-2011. Sin discusión, es carne de matadero, imposible a corto plazo de recuperar, y a la larga, muy difícil, con la única opción de cruce, cruce y cruce con otra cosa de fuera. No se pueden criar toros más feos, zancudos, cornalones y culopollo. No sé si por malnutridos como criaturas somalíes o estar muy movidos, como los keniatas de la maratón. Eso no gusta a nadie, y que no manchen el diáfano término del Toro Toro” Antonio Díaz.

“Se pasó una tarde de toros de las que quitan la vida. Una charlotada de simulacro indecente que daban ganas de arrancarse de cuajo todo resquicio de afición que nos queda en las entrañas. Unos toros de desecho. Unos toreros presumidos y de carácter delictivo que propinaron una charlotada tan aberrante que no la podíamos digerir. La bella liturgia taurina convertida en espesa comedia indeseable. En fin, y no sigo porque luego me llamarán mala persona. Además, pagando. Todo sea dicho.” Paz Domingo.

No todos los morucheros llevan boina y traje de pana. También hay señores de corbata y traje de alpaca que crían moruchos. Este es el caso. La ganadería se Samuel Flores da la impresión de estar abandonada. Y es que Don Samuel debe haberse cansado. Tanto compromiso social, tanta diversión cosmopolita, parecen distraerlo de la atención de la ganadería. Da la impresión de que Samuel se ocupa de su ganadería como yo me ocupo de mi colección de sellos: echo un rato en invierno hasta que me canso, y adiós muy buenas. Los samueles fueron tan mansos que veo muy difícil que se pueda rehabilitar la ganadería. Y es una auténtica lástima, porque lo de Samuel es lo más puro y legítimo que queda de Parladé. Lo mejor de Parladé.” Domingo Delgado de la Cámara.

Así se decía en el bíblico y célebre sermón de la montaña. "Bienaventurados los mansos de corazón, porque ellos verán el reino de los cielos...". Debía referirse a la plaza de Las Ventas, porque es el reino que pisan año tras año estos mansos de corazón, espíritu e intenciones, cuando cada vez es más difícil acordarse del último toro de Samuel Flores que embistió en Madrid. La pléyade de mansos cornalones y sin estilo que fueron saliendo uno tras otro, a cual peor, no hizo más que corroborar la decepción y demostrar que son sólo el rebaño que alimenta el pastor.

Un pastor que se equivoca en la guía de su pueblo, porque el gran problema que se vio en el ruedo procede de la selección y de la tienta, con un encierro desentipado y falto de personalidad con el único denominador común de la falta de ganas de embestir. Y el problema es más serio de lo que parece.” Marco A. Hierro


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