Sobre la Soledad
Hace ya casi un mes recibí la siguiente petición: “Mónica, ¿podrías dedicar uno de tus artículos a la soledad?” Mi respuesta fue que si, aunque rápidamente me di cuenta de que no sabía muy bien a que había dicho que si. Y es que la soledad puede ser lo más buscado en un momento del día o convertirse en una fuente de tristeza y mal estar en otro.
En nuestro país tenemos la creencia, muy arraigada además, de que si estás solo, es que no tienes amigos o nadie quiere estar contigo, y por lo tanto, algo malo tienes que tener. Sólo esta creencia es responsable de mucha de la mala prensa de la soledad, e incluso de que muchas personas se sientan bichos raros por disfrutar de la soledad o de estar a solas.
Está la soledad buscada, en la que encontramos intimidad, paz, sosiego e incluso plenitud. Y la soledad impuesta, en la que encontramos malestar y miedo.
La gran diferencia entre las dos, aparte de que una es elegida voluntariamente y la otra no, es que en la primera estamos conectados con nosotros mismos y lo que nos rodea, apreciando el momento de soledad y lo que nos aporta. Y en la segunda ocurre todo lo contrario, nos desconectamos de nosotros mismos y de lo que nos rodea y nuestros pensamientos se dirigen hacia el auto-flagelo o a culpar a la vida y las circunstancias que nos han tocado.
El sentimiento de soledad impuesta puede ocurrir incluso cuando estamos rodeados de personas, ya que este sentimiento no viene de las circunstancias físicas sino de algo más profundo que nos habla de una desconexión con nosotros mismos y el sentido de nuestra vida.
Los seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos conectados, sentir que pertenecemos y que formamos parte de algo más grande. O lo que es lo mismo, que nuestra vida tiene sentido.
Y cuando nos desconectamos de este sentido, nos olvidamos de él o simplemente no somos conscientes de él, es cuando la soledad que nos lo recuerda se vuelve un infierno.
Claro que podemos ver este sentimiento de soledad y de desconexión como una llamada de atención para que volvamos a poner nuestra atención precisamente ahí: en crear conexiones que nos aporten y a las que aportemos, y en dar un sentido a cada momento de nuestras vidas.
El poder está en nosotros, y como dice Rosalía de Castro, en nuestro Corazón.
Os dejo con un poema de ella que para mí tiene la esencia de lo que acabo de decir, aderezada con la belleza de la poesía.
SOLEDAD
“Un manso río, una vereda estrecha,
un campo solitario y un pinar,
y el viejo puente rústico y sencillo
completando tan grata soledad.
¿Qué es soledad? Para llenar el mundo
basta a veces un solo pensamiento.
Por eso hoy, hartos de belleza, encuentras
el puente, el río y el pinar desiertos.
No son nube ni flor los que enamoran;
eres tú, corazón, triste o dichoso,
ya del dolor y del placer el árbitro,
quien seca el mar y hace habitable el polo.”
Rosalía de Castro