No se trata de que nadie abandone sus ilusiones. No se trata de que luchen contra su ensueño. Esto es tan inoperante como elevarse tirando de los propios cabellos y no hace sino aumentar el dolor, a la corta o a la larga.
No estamos hablando de renunciar a nada, esto de la "renuncia" es otro de los tópicos difundidos sin entendimiento alguno. Estamos hablando de la comprensión del dolor.
No es bueno aconsejar a la gente que imprima un movimiento a su vida opuesto al sentido de sus ensueños. Esto, además de no traer solución, agrava las cosas.
Se trata de estudiar simplemente los ensueños y la dirección que tienen. Se trata de descubrir en los propios deseos y en la búsqueda de la felicidad, la fuente del dolor. Difundir estas simples ideas entre los hombres, independientemente de sus ideologías antagónicas, es difundir un nuevo punto de vista que nos revolucionará internamente y revolucionará a la sociedad en sentido profundo.
Pero no se trata de convertir a nadie, sino de respetar y amar a nuestros semejantes sin aumentar su desesperación y su dolor.