Revista Comunicación
Si te paras a pensarlo, se aprecia cierta lógica -alguna, al menos- en la evolución oscura de Daenerys Targaryen, Primera de su Nombre, Madre de los Dragones y bla, bla bla. Ciertamente, su locura homicida del quinto episodio no sale "de la nada". Como bien han señalado muchos fans, ella ha ejecutado de forma cruel a numerosos enemigos a lo largo de las temporadas. Y la inseguridad generada por Jon Snow ha sido la mecha que ha terminado de prender esa locura que siempre palpitó suavemente en ella... porque Daenerys, creyendo que nunca la amarían tanto como a él, decidió seguir el camino de la sangre y el fuego para hacerse de respetar con el único medio que creía efectivo: el miedo. Como nunca la amarán tanto, la temerán más que a nadie.
Y esta historia estaría bien, de no ser porque ha sido escrita como el orto.
No me puedes salir, después de siete temporadas, con estas tonterías. Con esta forma tan patética y humillante de echar por el fango a un personaje implacable con sus enemigos, sí, pero también tierno, generoso y compasivo. Complejo, en definitiva. Que literalmente dos episodios antes antepuso sus ansias al trono y de poder por ayudar a Jon Snow a combatir a los muertos. Que luchó del lado de los vivos y ayudó más que nadie a salvar Invernalia (y el mundo) con sus tropas.
Lo que me molesta no es que la hayan "enloquecido", sino la forma torpe y cutre en que lo han hecho. Mostrar a los hombretones tras la victoria contra los muertos felicitando a Jon Snow en su putísima cara mientras ella es ignorada y él endiosado por hacer nada y montar un dragón (¿hola? ¿Y ella qué lleva montando todo este tiempo, botijos?), fue una forma tan innecesaria, tan patética, tan tosca de hacerla sentir celosa, como una chiquilla. Ya no le preocupa salvar inocentes y hacer el mundo mejor, vaya por Dios, ahora solo quiere que la amen. Y no digo que ella no fuera una narcisista de cojones, educada toda su vida para ello; lo que implico es que han borrado de un plumazo todas sus tonalidades y la han simplificado, como tantas otras cosas, por intereses narrativos: por dar el golpe de efecto sin fuste, pero molón, que es quemar toda una puñetera ciudad.
Pero que asesinen a Missandei y Jon Snow le rechace un beso (porque es tonto, siempre fue más tonto que un pie y esa es la única constante bien escrita de Juego de Tronos), junto a su inseguridad de que no la vayan a amar nunca, no son motivos suficientes para borrar de un plumazo toda su consistencia como personaje. No se pasa de asesinar a una familia que no te quiso obedecer, tras pedirles repetidas veces que lo hicieran, a arrasar calles llenas de niños y mujeres solo porque te ha dado la neura de que la gente no te va a querer y tienes un ataque de celos por el Juanico, que todos dicen que sería mejor líder por la bondad inherente de su corazón cuando sus malas decisiones literalmente le llevaron a ser asesinado. ¿Me explicas los loles?
Al menos Daenerys va de frente, pero el Juanico es un mosquito muerto. "Uy, no, no quiero gobernar, pero le cuento a Sansa que soy un Targaryen". No es bueno, es tonto. Tonto e interesado. Y cobarde, además, por no reconocer a Daenerys cuando los hombretones en la fiesta solo le vitoreaban a él. Ya me conozco a los de su calaña, a los que van de buenos, de modositos, a los "yo no me meto en movidas, no voy a tomar nunca decisiones difíciles porque soy un queda-bien", y esos luego resultan ser los peores. Jon Snow es de esos que te dice que es aliado feminista pero luego bromea con sus amigos sobre putas. El que no alza la voz por una mujer, su Puñetera Reina, su Amorcito, su Tita (jaja), cuando sabe que no está recibiendo el reconocimiento que merece.
Y, al final, en una serie que se suponía que iba a ser compleja, Jon Snow es muy bueno y Daenerys la bla, bla, bla, es muy mala. Y si al menos todo esto hubiera sido adecuadamente desarrollado, su breaking bad way bien escrito, y no forzado por cuatro mierdas de esta temporada (no, que asesinen a tu amiga no te hace quemar multitudes inocentes), pues yo me daría con un canto en los dientes. Pero ha sido patético -creo que es la palabra más precisa- ver cómo el viaje a la locura de Daenerys ha sido impulsado por temor a que un hombre la superase. Por miedo a verse a la sombra de un memo que siempre tiene cara de pan. Porque Sansa y Arya no se dignaron ni a darle las gracias por haberles salvado el culo con sus tropas en la Batalla contra los Muertos que iban a traer el Apocalipsis pero luego resultaron ser un Peo. ¿Que no me vais a querer haga lo que haga? Pues mato miles de inocentes. ¿¿¿Ok???
Pero uuuh, el poder corrompe porque si quieres tan intensamente gobernar te vuelves mala, entonces hace falta que gobierne alguien modosito que no quiera gobernar aunque sea más tonto que un higo, porque es puro y noble, y Daenerys realmente siempre fue la villana que no supimos vislumbrar... ¡oh, sí! Gracias, Juego de Tronos, por llevarnos a esta fascinante conclusión sobre el bien y el mal. La he disfrutado tanto como una patada en los cojones.
Isidro López (@Drolope)