Sobre niños y hobbits ¿A qué edad pueden leer “El hobbit”?

¿Quién escribió “El hobbit”?

Es evidente que las películas de la trilogía “El hobbit” son disfrutables por grandes y pequeños, como lo fueron las de “El Señor de los Anillos”. Sus valores universales, como son la amistad, la colaboración, la resistencia a la adversidad, la persecución de un buen fin… son aceptados rápidamente como propios por los adultos y los niños. Y todos sufrimos como si fuéramos Bilbo Bolsón, Gandalf y los 13 enanos.

Eso las películas… pero el libro. El libro es otra cosa. El autor J.R.R. Tolkien era filólogo y profesor de lengua y literatura inglesa. Escribió “El hobbit” antes que “El Señor de los Anillos”, cuando sus hijos tenían 13, 10, 6 y 1 años, y lo hizo con la intención de que sus chavales lo disfrutasen, pero su forma de escribir era deliberadamente culta.

No todos los niños están preparados para seguir unas narraciones repletas de datos fantásticos y con un lenguaje elevado. Esto no es Harry Potter.

No es por la trama, que es tan cautivante como las novelas de J.K.Rowling, y obligan a pasar página tras página, es por el lenguaje. Pero aunque haya versiones acortadas de “El hobbit” y traducidas al español bajando el listón ¿quién ha dicho que debamos darles a los niños todo mascado?

¿Cuándo se escribió “El hobbit”? ¿Para quién?

Hay una anécdota por la que se puede entender que el libro es disfrutable a partir de los 10 años. Sabemos que el profesor J.R.R. Tolkien estaba en su despacho cuando encontró una hoja en blanco. Llevado por la inspiración escribió “En un agujero bajo tierra vivía un hobbit”. Su intención claramente era escribir un cuento para niños.

Un par de años después, a finales de 1932, había terminado el manuscrito y lo dio a leer a varios amigos, incluyendo a C.S.Lewis (sí, el autor de “Crónicas de Narnia” y también profesor de literatura). Una de las alumnas de Tolkien consideró que merecía ser leído por un profesional de la edición y unos años más tarde llegó a manos de Susan Dagnall, de George Allen & Unwin Editores, que quedó gratamente sorprendida. Tanto que convenció a Stanley Unwin, su jefe, de que lo leyera. Este pidió su opinión a su hijo de 10 años y el entusiasmo del chaval al terminarlo fue el desencadenante de que el libro de Tolkien se publicase.

El resumen que hizo el hijo del editor fue este (¡ojo, desvelamos el final!!):

“Bilbo Bolsón era un hobbit que vivía en su cueva de hobbit y nunca salía a buscar aventuras, hasta que el mago Gandalf y sus enanos le convencieron de que fuese. Pasó momentos emocionantes luchando contra trasgos y wargos. Por fin llega a la montaña solitaria. Smaug, el dragón que la custodia, muere, y después de una batalla con los trasgos, el hobbit vuelve a su casa ¡rico! Este libro, que tiene mapas, no necesita ilustraciones, es bueno y debería gustar a todos los chicos entre 5 y 9 años. (Informe de Rayner Unwin, de 10 años, sobre El Hobbit)”

¿Leer o no leer?

Así, a los 10 años se puede leer y disfrutar. El mejor modo de confirmarlo es sabiendo qué porcentaje de vocabulario puede entender. Hay estudios que dicen que siempre que el niño entienda un 85% del vocabulario de un libro, no debe tener problema en rellenar el resto por el contexto. Es lo mismo que nos sucede a los adultos cuando leemos un libro en un idioma extranjero, que no dominamos por completo.

Hay otra opción, a medio camino entre la pasividad de la película que todo lo cuenta y la imaginación que comporta la lectura. Y es que el padre o la madre lea unas hojas del libro cada noche antes de dormir. Sin duda, una excelente propuesta para convencer a los más pequeños de que vayan a la cama. Estimula la creatividad del niño a la hora de recrear en su cabecita las aventuras, lo hace más receptivo a la expresión oral y le permite preguntar a sus padres aquello que no entiende.

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