Revista Cine

Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags

Publicado el 16 junio 2011 por Cinefagos


Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags

Es de sobra conocido el hecho de que Takeshi Kitano comenzó tarde en el cine, con una exitosa carrera ya muy avanzada y, a pesar de eso, curiosamente es en el cine donde cosechó sus mayores éxitos y adquirió la fama mundial que actualmente tiene. Antes de comenzar como cineasta, el japonés había triunfado en dos diferentes programas de TV: su dúo cómico ‘Two Beat’ y su creación televisiva ‘Takeshi’s Castle’, que marcarían profundamente su cine, cuyos análisis revelarán una evolución en su comedia casi inexistente a lo largo de toda su carrera.

‘Two Beat’ era una actuación con gags disparatados y a veces desagradables, donde representaba a un hombre malhumorado y payaso que atacaba y criticaba a todo el mundo. Takeshi y su compañero practicaban un humor estúpido, soez y violento, donde las personas eran ridiculizadas. Aunque ellos eran los protagonistas y narradores de las bromas (estructuradas en gags), el verdadero eje central de su humor eran las personas de las que se reían y se burlaban; Kitano trataba a la gente como seres ingenuos y estúpidos, y utilizaba su posición superior y dominante para poder humillarlos.

En ‘Takeshi’s Castle’ esto no cambió. La única diferencia fue el formato. Los espectadores pasaron de ver a Takeshi de protagonista y narrador a tenerlo tan solo de narrador indirecto (el jefe del castillo). Los ficcionados gags ridículos de ‘Two Beat’ se transformaron en las pruebas ridículas que tenían que superar los concursantes de ‘Takeshi’s Castle’, y las personas de las que hablaba Takeshi para humillarlas en su dúo cómico se convirtieron en protagonistas reales de esas pruebas humillantes.

Aunque parezca lo contrario este tipo de humor contemplativo de ‘Two Beat’ y ‘Takeshi’s Castle’ (ver cómo Takeshi ridiculiza a personas como nosotros) no se basa en el disfrute por el dolor de la persona humillada, sino en verse reflejado en ella y reírse de uno mismo, aceptando la condición de simple humano, torpe y ridículo; la risa proviene de la interiorización del propio espectador con el concursante y su relación con ese tipo de situaciones en su día a día.

Teniendo esto en cuenta, es fácil deducir que el humor de Takeshi Kitano tiene una fórmula muy utilizada a lo largo de la historia: la del payaso de circo (que también está muy presente directa e indirectamente en su obra cinematográfica, al igual que el teatro). En el cine, precedentes como Charles Chaplin o Buster Keaton son algunos de sus referentes indiscutibles. Continuamente el japonés los toma como modelo para sus personajes, tanto en forma como en fondo. Estos maestros de la comedia también desarrollaban narrativamente a sus personajes a través de gags en los que debido en gran parte a las limitaciones del cine mudo los mecanismos de la comedia se articulaban de forma excesivamente visual, con mucha simplicidad y con dosis de expresionismo y surrealismo. Es por eso que las tramas de las películas de Takeshi se desarrollan como estas pequeñas piezas (y lo mismo sucede con ‘Two Beat’ y ‘Takeshi’s Castle’).

En su obra, sin irnos a ejemplos tan claros y singulares como su película ‘Getting Any?’, podemos observar en, por ejemplo, ‘El verano de Kikujiro’, una narración fracturada en pequeñas aventuras que en su mayoría funcionan como gags cómicos; incluso aparecen continuamente carteles premonitorios que van separando cada una de las partes del film (como pasaba en ‘Takeshi’s Castle’). Si nos fijamos en su estructura, eso mismo ocurre en películas menos amables como ‘Hana-bi’ o ‘Zatoichi’. En ‘Hana-bi’, su película más personal, Takeshi divide la narración en varias historias, las desordena temporalmente y las vuelve a fracturar de nuevo; en ‘Zatoichi’ el protagonista (un masajista ciego) se mueve entre aventurillas (pruebas al estilo ‘Takeshi’s Castle’) a la vez que esa narración se entremezcla con piezas de “las pruebas” de otros personajes, gags cómicos (el vecino subnormal) y ráfagas videocliperas.

Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags

Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags

En la comedia de Chaplin, Keaton o incluso Kitano, la fórmula para el humor consistía en mezclar caídas, golpes, peleas, insultos, etc. (humillación), con personajes perdidos, ingenuos y ridículos. Teniendo en cuenta esto es curioso observar cómo la violencia, fundamental en la filmografía de Kitano, todavía no estaba presente en sus anteriores creaciones (‘Two Beat’ y ‘Takeshi’s Castle’); simplemente acompañaba de forma innata al acto de humillación y no aparecía más que en el proceso del gag como tal, solamente como detonante de la acción y no como mensaje, sin el simbolismo metafórico que tiene en el cine y que más tarde cultivaría.

Como hemos visto, antes de dirigir películas, Takeshi también se basaba en estructuras sencillas que buscaban la esencia de la comedia. Esto es, estructuras de corta duración (gags o pruebas), que daban pie a muchos tipos de contextos diferentes, donde uno o varios personajes eran humillados por otro. En el cine de Takeshi esas estructuras siguen siendo imprescindibles para la construcción del relato. Sin embargo, sus creaciones cinematográficas difieren de sus anteriores trabajos y de los trabajos de los maestros del cine mudo en cuanto al contenido; ya no son obras que se mueven solamente en el género cómico, ni utilizan la comedia como base, sino que son dramas y tragedias que la utilizan como recurso (en la mayoría de las ocasiones con un fondo oscuro). Es por tanto curioso que el humor sea una de las cosas más características de su cine; y es aquí cuando entendemos que aunque, como hemos visto anteriormente, la forma de su comedia es siempre la misma, la esencia es completamente distinta. Cuando el humor entra en juego en los dramas de Kitano lo hace por una razón: trivializar la tragedia. Quizás es cierto que si escarbamos muy profundo en la filosofía de los trabajos anteriores de Takeshi (‘Two Beat’ y ‘Takeshi’s Castle’) podemos apreciar esa esencia en su humor, pero ni comparación tiene con su fuera en el cine. Por decirlo de alguna manera, su cine es más completo y serio.

Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags

Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags
Del mismo modo que en el cine el humor de Takeshi adquiere otras connotaciones, su representación también cambia, y entra en juego la violencia en su forma más explícita (otro de los puntos clave de su filmografía).

En ‘Violent Cop’, una de sus obras más violentas, cada vez que aparece un gag cómico este termina de una de estas dos maneras: de forma surreal o de forma violenta. Por ejemplo, cuando la banda de criminales secuestra a la hermana del protagonista y juegan con ella de forma cómica, el humor funciona como mecanismo dramático, terminando con la violación o la pelea de los personajes, para enfatizar ese recurso.

En ‘Hana-bi’ ocurre lo mismo: todos los gags cómicos acaban de forma violenta. Por ejemplo cuando el dueño del taller de chatarra se cruza con el hombre al que le destroza el coche, y se vuelve encontrar con él en el taller para pegarle una paliza (con la violencia esta vez en off, uno de los principales recursos de Takeshi). Otros ejemplos aparecen cuando el personaje interpretado por Kitano coge la pelota de Baseball a unos chicos y se la pierde, o en la maravillosa secuencia final, donde el mismo personaje coge la cometa de una niña y se la destroza.

Sobre Takeshi Kitano, su humor, su violencia, y el porqué de su estructura en forma de gags

‘En el verano de Kikujiro’ podemos ver esos ejemplos cuando el personaje de Takeshi “se cae por las escaleras”, pincha la rueda de un coche o se enfrenta a un camionero.

Pero una de las películas que mejor captan la esencia de esta “violencia humorística” es ‘Zatoichi’, sobre todo con el significado de su gag final. Cuando el masajista ciego tropieza con una piedra de camino a casa tras matar a todos los malos (mostrando que tiene ojos y puede ver), se cae al suelo y dice “-Aunque abriese los ojos no veía absolutamente nada”. Esa afirmación destroza la posición de héroe que alcanzó Zatoichi y se burla de la esencia propia del relato. Es un final que abre un debate sobre la seriedad de las cosas, la pretensión y, sobre todo, la esencia del humor.


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