Recibo noticia a través de la página en Facebook de mi amiga Barbara Nicolosi de que ayer tuvo lugar en Washington The March for Life.
Muchos centenares de miles o muchísimas decenas de miles de personas pasaron ante los edificios donde trabajan sus representatantes polícos y sus legisladores. Pidiendo respeto por la vida. La del concebido no nacido y la de quien aún no ha fallecido.
Lo mismo que en años anteriores:
Lo que a Barbara le extraña es el gran silencio de los medios de comunicación acerca del evento: nada, ni yer ni hoy, en las tres grandes cadenas de televisión, nada en el NY Times.
De obligado cumplimiento local (calles cortadas por el cortejo, etc.) en el Washington Post. Y peculiar tratamiento gráfico en este mismo periódico: todas las fotografías son primeros planos o planos con dos o tres o cinco o incluso diez personas... Quizá es que no encontraron buenas perspectivas o se les desenfocaron o estropearon los pixeles, pero el caso es que no hay un plano general, que busque dar una idea de conjunto. Y entre algunas fotos de detalle de pro-choicers, "oponentes" a la manifestación "pro life", siempre cabe alguna que no se detenga en ver unas monjas rezando el rosario (cosa aque está muy bien), y aparezca algo así:
Debe ser que quieren dar la sensación de que -en un evento público que "otros" calificarán de masivo- en realidad no cuenta tanto la masiva presencia de personas en un gélido día washingtoniano como determinadas actitudes personales. Y al menos una de ellas (no es del Post) hace pensar un tanto en serio lo que está en juego:
Espero que decir esto poco de los medios no parezca pensar de modo concesivo benévolo, como si lo así hecho por lo medios en esta ocasión fuera hacer a fin de cuentas algo que se acerca a lo periodísticamente adecuado y correcto.
Y espero que decir que la CBS, la NBC y la ABC, más el NY Times, entre los medios "mainstream", no hayan dado noticia del evento seguramente se debe a que la actualidad, si ha de ser rabiosa, les ha hecho mirar hacia otro lado: ya habían hablado de Washington con ocasión de la SOPA y del FBI cerrando Megadownloads en internet.
En fin, deben ser cosas del periodismo engagé, que quizá suele estar también un poco enragé en estos casos. Me refiero a que quizá les gustaría de corazón que los defensores de la vida (básicamente católicos entre los cristianos, y también judíos, ahí en las calles de Washington) se quedaran en sus casas.
Y como el corazón habla por la boca, y por las plumas y por las cámaras de fotos y video, pues habrá que pensar que no es ahí (en la defensa de la vida) donde está su corazón, y quizá no quieren que otros corazones alienten por esa línea, y han dirigido la atención de sus lectores y espectadores hacia otros horizontes.
Y es que con tano periodismo-propaganda, y tanto periodismo-publicidad, cada vez va quedando menos tiempo y menos espacio en los medios para el periodismo-periodismo. Porque cuando cuentan los hechos y los números, hay que dar los hechos y los números, opiniones aparte.