Revista Pareja

Sobre un caso de celos paranoicos en un hombre

Por Miguelmartinez
Acude a consulta un hombre de 47 años. Refiere llevar 18 años felizmente casado. Casualmente un día se encuentra el correo abierto de su mujer y descubre una serie de emails con conversaciones ente ella y su Jefe de carácter comprometido que le hace sospechar que hay algo entre ellos. Desde ese día el paciente comienza observar la conducta de su mujer. Piensa que se arregla más, que usa mÁs escotes que antes, que adelgaza para tener mejor figura, que los viajes de empresa se suceden mas habitualmente, que llega mas tarde  a casa porque tiene mas reuniones de empresa. Sin embargo, todo esto ya sucedía desde hacia dos o tres años, por lo tanto la atención que le daba a situaciones que antes era normal, ahora se habían convertido en el objeto de su sufrimiento. Comienza a leer los mensajes del móvil de su esposa, descubre el nombre de él, lo busca en internet hasta que logra hallar una foto del mismo. Comenta que le recuerda a su suegro, hombre enérgico, de aspecto militar y con cierto aire machista. No comprende cómo su mujer se ha fijado en un hombre así, todo lo contrario a lo que él es. Llega un momento en que le pregunta a ella por dichas relaciones. Ella le llama paranoico, que no hay nada, que todo son figuraciones suyas. El sufre, comienza a seguirla, a la entrada del trabajo, a la comida, a la salida. Se fija en todos los detalles: si se arregla más es por el otro, si se perfuma diferente es por el otro, si llega tarde es porque está con el otro. El paciente cree que va a enloquecer. El psiquiatra le dice que no puede hacer nada por él, que acude a un terapeuta de pareja. Acude con todo este cuadro de síntomas que le hacen comportarse como un hombre fuera de si. Lo llamativo de los celos paranoicos de este paciente es el cuadro de fijación hacia la figura del Jefe de su mujer. Habla de la relación con el suegro, hombre que no le aceptó cuando quiso casarse con su hija. Con los años, han ido teniendo una relación más cordial, hasta el punto que al paciente se le despertaron ciertos afectos hacia el mismo de carácter homosexual irreconocibles por su conciencia. La coincidencia de los factores físicos del Jefe con los de su suegro, produjeron un desplazamiento de la libido homosexual sentida por el suegro hacia la figura del Jefe, de manera que los celos correspondían a un desplazamiento del deseo sexual bajo la fórmula: “ no soy yo quien desea a su Jefe ( mi suegro ) sino que es ella quien lo desea.” Para llegar a la comprensión de los celos paranoicos en el citado paciente se necesitó un año de terapia. Cuando el paciente fue capaz de llegar a esta asociación entre su paranoia celosa y sus deseos homosexuales, los celos desaparecieron.

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