Sobre un tal Jacques Coleno
9 diciembre 2013 por Naima Tavarishka
No sé realmente quién fue Jacques Coleno, ni si la casa donde leí su nombre por primera vez fue suya. Tampoco retengo en mi memoria, cada vez más reducida, si en aquel inmueble sucedió algo extraordinario que deba conocer o si mi dosis de incultura general que a veces me sonroja sigue ahí, perenne, sin moverse. Es lo que pasa cuando viajas sin hacer turismo, sin empaparte días antes la guía de los lugares que vas a visitar. A mí me gusta viajar un poco en plan vaga, yendo sin ruta definida y sin lugares prefijados. Luego me pasan estas cosas, que quiero recordar y no puedo. Pero bueno.
En Vannes, la capital del departamento francés de Morbihan, en la región de la Bretaña, multitud de relojes decoran la fachada de un viejo inmueble de madera del casco antiguo que capta de inmediato la atención del visitante. De diferentes tamaños, una veintena de circunferencias con números romanos ya oxidados se descoordinan por completo y ninguna marca la hora real. Ninguna, salvo la de en medio, que lleva correctas sus manecillas.

La casa de los relojes, Vannes, Francia.
Acudo a San Google y descubro que ese nombre plasmado en el reloj central, el de Jacques Coleno, responde hoy a una conocida marca que vende artículos de lujo y joyas. Me gusta pensar que el señor Coleno tal vez intuyó que sus relojes acabarían en la portada de un blog escrito en español donde 16 elementos y elementas contarían a diario lo que les daría la gana. Y estoy segura, además, de que escondió en algún lugar la historia que haría mucho más comprensible e interesante este post. Si la encuentro, prometo contarla.
