Revista Cultura y Ocio

Sobredosis de Ricky Gervais

Publicado el 05 marzo 2013 por María Bertoni

Sobredosis de Ricky GervaisPrimero irrumpió como un oficinista chanta y megalómano. Luego encarnó a un actor ninguneado y obsesionado por una fama inalcanzable. Ahora interviene en tanto codiciado productor de cine y TV… Los tres roles televisivos que Rick Gervais protagonizó en diez años lo acercaron progresivamente al sueño mediático de los espíritus egocéntricos: encarnar una versión de sí mismos en una ficción cuya gracia consista en reivindicar cierta condición piola de autoparodia.

Desde esta perspectiva, Life’s too short retoma fórmulas de sus antecesoras -The office y Extras- para confirmar el ascenso mediático de su creador. De hecho el protagonista Warwick Davis (actor enano que participó de la saga de Harry Potter entre otras películas del género fantástico) heredó de David Brent y Andy Millman la férrea intención de destacarse en un contexto desfavorable: en este caso más allá de los desaires de sus colegas (Liam Neeson en el primer capítulo que I.Sat proyectó el martes pasado*), de sus potenciales patrones (Gervais y el socio Stephen Merchant) y de sus allegados más cercanos (una ex esposa por ejemplo).

En otras palabras, este otro remedo de reality sirve de excusa para anunciar la conquista de un lugar en el star system anglosajón. Rick abandonó el rol de fracasado-en-busca-de-estrellato (se lo cedió a Warwick) para interpretar un alter ego que, además de haber alcanzado el éxito, ahora se permite rechazar a los Brent/Millman e incluso a figuras de trayectoria como Neeson.

Un mes atrás el diario británico The Guardian adelantó que el último capítulo de Life’ s too short contaría con la presencia de Val Kilmer. El autor del mismo artículo sugirió que son escasas las probabilidades de una segunda temporada, entre otras razones porque el ciclo de siete episodios arrancó (en una emisora de la BBC, en noviembre de 2011) con un rating de 2.5 millones de televidentes pero perdió la mitad hacia el desenlace.

Los dos o tres gags que bromean con la estatura del protagonista -la escena del portero eléctrico por ejemplo- no alcanzan para respaldar la hipótesis de que el público británico dejó de mirar la serie por encontrarla discriminatoria y ofensiva. En cambio parece tener más asidero la posibilidad de que, en el transcurso de una década, algunos espectadores hayan empezado a experimentar los efectos nocivos de cierta sobredosis del estilo Gervais.

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* El canal de cable argentino proyectará el segundo capítulo de Life… hoy martes 5 de marzo a las 21.30.


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