A menudo ambos términos se solapan. Los usamos en el lenguaje cotidiano para definir a personas causantes de hechos gravísimos o para describir a personajes de thrillers criminales, los oímos en los medios de comunicación, pero ¿sabríais diferenciar sus matices?
Aunque los términos sociopatía y psicopatía, técnicamente, son equivalentes (ambos fueron clasificadas como un trastorno disocial o trastorno de personalidad antisocial) tienen diferencias claras.
Es importante señalar que personalidad antisocial y criminalidad no siempre correlacionan: Ni todos los delincuentes son psicópatas, ni todos los psicópatas se convertirán en asesinos en serie (Cleckley, 1941).
El científico James Fallon descubrió por accidente durante una investigación en 2005 que sus componentes cerebrales coincidían con los de un sujeto antisocial, pero él era “de los buenos”, o lo que es lo mismo, un psicópata prosocial: Aquel a quien le cuesta ser empático pero cuya vida social y familiar es aceptable y sin problemas con la justicia.
Lo que sociópatas y psicópatas tienen en común:
Comparten la ausencia de “color” en sus emociones, ausencia de culpa o remordimiento, manipuladores, competitivos, etc.
Los sociópatas:
Suelen caracterizarse por su impulsividad sin razón aparente, su inestabilidad (no suelen mantener un empleo durante mucho tiempo) y sus problemas de conducta desde la infancia.
Este desenganche moral con la sociedad sería lo que fomentaría su integración en las bandas criminales. Lo curioso es que este tipo de delincuentes pueden distinguir entre la “empatía cognitiva” (conocer los sentimientos ajenos) y la “empatía afectiva” (su reacción emocional ante el sufrimiento ajeno). Pueden disponer de una conciencia bien desarrollada y una buena capacidad para la empatía, la culpa y la lealtad, pero su sentido de lo que está bien o mal se basa en las normas y las expectativas de su grupo o subcultura.
Pueden formar alianzas con un individuo o grupo y no piensan en las consecuencias de sus acciones y por lo tanto, cometen crímenes desorganizados. La gran mayoría de los asesinos en serie son sociópatas, pero en estos casos la sociopatía puede estar vinculada con la esquizofrenia (recordemos a Christian Bale en su maravillosa interpretación en American Psycho).
Los psicópatas:
A diferencia de los sociópatas, los psicópatas son fríos y calculadores, capaces de hacerse pasar por personas normales, son en su mayoría encantadores y atractivos, se ganan la confianza de alguien con facilidad y saben cómo manipular a la gente.
A pesar de sus dificultades emocionales, suelen adecuarse a lo “socialmente aceptado”, siendo amables, educados y capaces de formar una familia y tener un trabajo estable.
Los psicópatas criminales tienden a planificar todos los detalles, se organizan exhaustivamente.
Diferencias entre ambos
Como ya hemos visto, los sociópatas actúan por impulso, hacen lo que hacen porque les gusta y no piensan en las consecuencias de sus acciones, mientras que los psicópatas calculan cuidadosamente cada paso, tienen un plan B, mienten mejor…
- Genética y ambiente
Las investigaciones acerca del origen y desarrollo de la personalidad antisocial son múltiples y difusas.
Estudios afirman que debido al poco desarrollo de las áreas cerebrales encargadas de las emociones, las personas antisociales nacen ya con el trastorno, independientemente de si su desarrollo ambiental es proclive a ello o no.
Es decir, se está destinado a ello, pero es necesario que se produzca algún desencadenante para que el trastorno se desarrolle hacia conductas disfuncionales (como ocurre en la sociopatía o en la esquizofrenia).
Volviendo al ejemplo de James Fallon (dentro de cuyos antecedentes familiares se encuentran siete asesinos), ¿qué le ha protegido de desarrollar una trayectoria criminal?
En sus propias palabras, “me sentía protegido por mi familia, sentía que me querían”.
En cuanto a la sociopatía, en la mayoría de casos han sido expuestos al abuso, la violencia y a los traumas desde la infancia, llevando su atención a estímulos que indican hostilidad y amenaza.
También perciben como provocaciones hechos neutros, interpretando a su vez que la agresividad les reporta beneficios a corto plazo.
Es por este sistema de valores por lo que los criminales organizados en bandas no sientes que estén haciendo nada mal, se rigen por su sistema propio de la “justicia”.
Como vemos, este tema tiene múltiples variables y teorías, por lo que la intención de este post es aclarar algunos conceptos básicos (a pesar de la complejidad de sus características) y contribuir a desmitificar la creencia de que todos los psicópatas se convertirán tarde o temprano en criminales cruentos.