Revista Opinión

Sois la izquierda ¿y qué?

Publicado el 19 junio 2017 por Vigilis @vigilis
Hace unos lustros un Congreso Federal del PSOE era algo de lo que hablaban los periódicos durante días. Hoy sin embargo se sitúa entre el mal chiste y la triste anécdota. El último Congreso organizado para hacer una nueva dirección del partido tras la victoria de Pedro Sánchez en las elecciones primarias tenía el lema "Somos la izquierda". No importa ¿no? Tal vez no importe pero soy capaz de tirar del hilo de ese lema.

Sois la izquierda ¿y qué?

Cri cri.

Una opinión convencional especularía sobre si el PSOE es o no la izquierda o si lo ha sido alguna vez y lo dejó de ser. Como no se hace política para los difuntos lo que haya pasado antes no es relevante. Para mí el problema del lema es otro y tiene que ver con el mundo de lo que no se ve. Ya conocéis ese pequeño juego de entrar en una sala, ver lo que hay e intentar saber lo que le falta. Pues el lema "Somos la izquierda" para mí es como el surco de color diferente de pared que queda cuando se quita un cuadro.
Tal vez por nostalgia de un pasado no vivido la desaparición de la socialdemocracia en España tras la última biopsia del PSOE puede resultar una mala noticia. Al fin y al cabo, España es un país que políticamente se construyó en la parte del mundo ideada por la socialdemocracia. Por eso hay cierta sensación de abandono y de vértigo ante un futuro incierto. Que el lema sea "Somos la izquierda" y no "1 millón de viviendas públicas" o "50 toneladas de tantalio" o "2 millones de empleos" ya es algo que merece una reflexión.

Sois la izquierda ¿y qué?

Poster electoral del Partido Conservador en las elecciones británicas de 1954. Estos en aquel planeta fueron "la derecha".

Resumir una posición política en un lema es complicado pero hacerlo con una idea mágica de libre interpretación es un error. Igual me estoy volviendo un señor mayor enfadado pero pienso que los partidos políticos tienen que defender algo. Hoy da la sensación de que no defienden nada: están los seres mágicos por un lado y los burócratas del statu quo por el otro.
Hace poco tuvimos una moción de censura en España. De esas tenemos pocas (3 en 40 años) porque son el instrumento más fuerte relacionado con el cambio en el poder descontando los procesos electorales. La última moción de censura fue un circo. La poca política de la que se habló fueron unas medidas contra la corrupción que en su mayor parte ya se están tramitando (parece que los proponentes no se pasan mucho por la cámara, estarían ocupados en cosas más importantes). Esa moción de censura fue sintomática de la paulatina desaparición del discurso político.
El PSOE en lugar de reconducirse en este sentido —haremos esto, esto y esto y en cuatro años produciremos tanto tantalio; pros y contras, discutamos— eligió el camino de la magia. Hay que desbancar al gobierno porque es malo y nosotros buenos, confi tío; somos la izquierda que es diferente a ser del Betis; la cuestión de financiación de las regiones se resuelve con un federalismo que no cambie nada; la cuestión del golpìsmo se resuelve con diálogo y sin medidas; el asunto del paro se resuleve con ilusión y nuevas oportunidades. Os hacéis a una idea del horror que es todo esto.

Sois la izquierda ¿y qué?

Lean a Rafael Latorre - El PSOE de hoy

Ojo, soy el primero que alaba el empleo de técnicas de publicidad en las campañas políticas, pero en algún momento tiene que haber algo más. Debajo de la legítima y útil propaganda tiene que existir el mundo de las cosas que defiendes. ¿Cómo quieres que sea el país dentro de veinte años y por qué?
Me da la sensación (puedo estar equivocadísimo) de que existió un momento en el que hacías esta pregunta a un político socialdemócrata y te respondía: tantos árboles por tantas viviendas, este arancel para este producto, estos barcos para la marina, etc. Y la gente salía de casa con un plan. Hoy no hay plan. Hoy no hay plan porque la socialdemocracia se empeña en vivir en un mundo que ya no existe. Esto para quienes defendemos el nuevo mundo tiene mucho de buena noticia. Pero sería todavía mejor si en lugar de un zombie lleno de moscas tuviéramos delante a alguien que nos dé la réplica. ¿Es posible una adaptación de la socialdemocracia al nuevo mundo? Yo no lo sé y a ellos no les importa.

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