Revista Sociedad

Soldados de juguete

Por Antoniopampliega

Soldados de juguete

Infografía: Mapa actual de los niños soldado en el mundo.

Unas de las principales características comunes de las últimas guerras- sobre todo en África y en Asia- no la encontramos en las armas utilizadas por los contendientes, ni por los motivos políticos, culturales o religiosos de ambos bandos, ni siquiera en el dinero- siempre presente y desencadenante de un sinfín de guerras… No. El denominador común que hace que Sierra Leona, Angola, Somalia o Mozambique tengan similitudes con Colombia, Afganistán o Camboya es la utilización de niños soldado.

En la actualidad más de 300.000 infantes han cambiado una muñeca o un balón por un Kalashnikov. Este auge se debe a que los niños son mejores soldados que los adultos. Son más manejables, acatan las órdenes sin rechistar, tienen más vitalidad que los adultos, son más fácilmente reemplazables y son más despiadados y sanguinarios que los adultos. No les tiembla el pulso a la hora de apretar el gatillo.

Las guerrillas y ejércitos secuestran a los niños- en algunos casos incluso les obligan a asesinar a sus padres y hermanos- y les inculcan la violencia y la guerra como credo. No conocen otra cosa que los malos tratos. No reciben muestras de cariños ni de afecto por parte de sus superiores lo que les convierte en verdaderos maquinas de matar. A este cóctel habría que unirle el uso de narcóticos para adormecer sus sentidos y eliminar cualquier atisbo de miedo. Las drogas inhiben el miedo de los niños y les crea un falso estado de euforia que les hace no distinguir entre la realidad y la ficción.

Soldados de juguete

Muchosno tienen ni fuerzas para sujetar un rifle y mucho menos para aguantar el retroceso de un disparo por lo que suelen ser los primeros en caer en combate. Los que logran sobrevivir se convertirán en los ‘soldados perfectos’. Los niños seleccionados para entrar a formar parte de este peculiar ejército son destinados a campos de entrenamiento donde los adultos utilizan los castigos físicos y las condiciones infrahumanas- algunos incluso no han conseguido superar el adiestramiento- para forjar un sentimiento de odio en los niños. Odio que utilizaran contra sus enemigos en el campo de batalla.

La prueba de fuego para un niño soldado será apretar el gatillo. Matar a alguien mirándolo a los ojos es una prueba que deberán superar. De no ser así serán ejecutados sin miramientos- mientras que las niñas serían usadas como ‘carne’ y violadas sin compasión por niños y adultos. Los adiestradores suelen utilizar a civiles- e incluso a los padres de los muchachos- para el bautismo de sangre. Les arrodillan, les amordazan y entregan al niño una pistola… Antes les han administrado un coctel a base de drogas y alcohol; y a eso se le tiene que sumar los vítores de sus compañeros y de sus superiores los niños no suelen titubear… Bang, Bang… y ya tienen su primera muesca. A continuación se procede a cambiar el nombre- ‘asesino despiadado’ ‘Boom’ o ‘Rambo’- para cortar con ese pasado que les hacía débiles.

Tras varias semanas, los niños serán enviados al frente como ‘carne de cañón’. Sobre ellos recaerán las misiones más peligrosas y serán las avanzadillas para los ejércitos regulares. Serán los encargados de asaltar aldeas, recorrer bosques plagados de minas o los primeros en caer en emboscadas enemigas. Un niño soldado no vale nada… En la siguiente aldea pueden ‘reclutar’ quince nuevos soldados de juguete.

Los testimonios de los niños que logran rehabilitarse han sido tan crudos que a Naciones Unidas no le quedó más remido que prohibir el uso de menores de 18 años en los conflictos armados. Aunque actualmente la cifra rondaría los 12,8 años de edad. Pero en la mayoría de los países donde los niños son reclutados para entrar a formar parte de una guerra que no entienden no reconocen a Naciones Unidas- y en el caso de reconocerla les da igual su opinión. Burundi, Colombia, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Myanmar, Nepal, Filipinas, Afganistán, Somalia, Sri Lanka o Uganda son sólo alguno de los países donde los niños sólo conocen la guerra como forma de vida y los malos tratos como muestra de cariño.

Soldados de juguete

Pero el problema viene después… cuando esos niños abandonan las armas y se enfrentan con la realidad. Una realidad que hasta ese momento estaba basada en unas doctrinas irreales. La mayoría son inmunes a todo porque han hecho- o les han obligado, mejor dicho- de todo. Todos están traumatizados y los programas para rehabilitarlos suelen ser, en algunos casos, inefectivos. Algunos niños huyen de los centros donde están confinados para intentar devolverles su vida anterior y regresan con sus ‘auténticos’ padres, los milicianos. Los niños son siempre los más vulnerables y en las guerras, más…


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