¡Hola, amig@s!
Nada más acabé el último capítulo, magnífico capítulo, y cerré Soldados de Salamina me asaltaron dos preguntas, una inmediatamente después de la otra. La primera fue, ¿pero cómo no he leído este libro antes?, y la segunda, ¿qué hay de verdad y qué de mentira en lo que acabo de leer?
La primera pregunta no es realmente tal sino más bien un reproche a mí misma por haber postergado durante tanto tiempo esta lectura. He de decir en mi defensa que la Guerra Civil española no es un telón de fondo particularmente atractivo para mí. Y además, añadiré que leer sobre un episodio en la vida de un tal Sánchez Mazas, del que apenas sabía algo de su filiación a la Falange, tampoco me interesaba mucho a pesar de las buenas críticas que la novela había recibido. Por suerte, para esta Semana antibelicista estuve buscando por casa libros todavía por leer de esta temática y di con esta novela. Y digo por suerte porque Soldados de Salamina es una novela memorable.
En cuanto a la segunda pregunta, he de reconocer que tengo la impresión de que Cercas me ha colado más de un gol y que situaciones que he tomado por reales sean fruto enteramente de su imaginación. Pero éste es uno de los aspectos más atractivos de la novela, a mi modo de ver, ese juego constante entre realidad y ficción, entre verdad y mentira.
Javier Cercas (Cáceres, 1962)
Comienza esta dualidad con los dos Javier Cercas: el Javier Cercas narrador y el Javier Cercas personaje, un periodista y frustrado novelista a la búsqueda de una buena historia. Lo mismo sucede con otros personajes reales que pululan por la novela, como Bolaño por ejemplo. Esta estrategia me parece muy interesante y hace del libro no una novela al uso sino que lo convierte en lo que en inglés se denomina Faction, esto es fact + fiction (hechos y ficción).Y este salto de realidad a ficción culmina en el último capítulo- el libro está dividido en tres: Los amigos del bosque, Soldados de Salamina y Encuentro en Stockhon- con la aparición de Miralles, un personaje imaginario- siguiendo el consejo de Bolaño- con el que se cierra esta historia.
¿Y cuál es la historia? La de Rafael Sánchez Mazas, ideólogo de la Falange, que logra, casi al final de la guerra, huir de un fusilamiento colectivo en Barcelona, que escapa al monte en donde un miliciano da con él y, como Sánchez Ferlosio, su hijo y autor de El Jarama, cuenta...
Tan sencillo como eso. El enemigo republicano le perdona la vida... Más tarde además de otros auxilios contará con la compañía de tres republicanos a los que prometerá escribir un libro con ellos de protagonistas que titulará Soldados de Salamina. Y sigue la biografía de Sánchez Mazas..."Uno de ellos lo descubrió al fin. Lo miró a los ojos. Luego gritó a sus compañeros: ¡Por aquí no hay nadie!"
Finalmente Cercas personaje da por concluido el libro, tras intensa investigación, pero no está satisfecho. Tiene la sensación de que falta algo esencial, pero ¿qué? La respuesta llegará en una conversación con Bolaño en su faceta de periodista en la que surge el nombre de Millares, antiguo conocido de Bolaño y ahora anciano en un geriátrico de Dijon. ¿Será él el anónimo ángel de la guarda de Sánchez Mazas? ¿Será él el héroe de la historia? Pero la respuesta ni es tan falcil de encontrar y ni tan sencilla como un sí o un no.
Soldados de Salamina es una novela sobre la construcción de una novela y es, sobre todo, un homenaje, un homenaje a los miles de héroes anónimos, a los Caídos sin monumento, y a la inesperada piedad que surge en un instante, al humanismo que se esconde detrás del uniforme sea cual sea su color, detrás de cada hombre."(el héroe es) alguien que tiene el coraje y el instinto de la virtud, y por eso no se equivoca nunca, o por lo menos no se equivoca en el único momento en que importa no equivocarse, y por lo tanto no puede no ser un héroe."
Soldados de Salamina me ha impactado, me ha emocionado y me ha encantado. Magnífica.
¡Gracias por vuestros comentarios! Nos leemos...
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