Revista Cultura y Ocio
—¡Son tan simples! Piensan lo que otros quieren que piensen, lo que a ellos les conviene nomás. Desnudos de mecanismos serían incapaces de concebir una sola idea. Nada propio. Son cristales reflejando luces. Unos pocos son sofisticados, y llegas a creer, por un momento, que entienden algo, que componen algo más que espejos. Tan sólo es la esperanza de un espíritu al que asusta la soledad.