Así se titulan la obra maestra de D. Luis de Góngora, poeta cordobés del siglo XVII, y de D. Antonio Machado que escribió la suya tres siglos después. Pura poesía.
Así he sentido yo el Sonsaz, como poesía pura. (He de explicar que en un inexplicable arrebato de intrepidez, lo crucé de noche cerrada por la pista blanca, a la vuelta del Cantalojazz.)
Con la sensación de estar absolutamente solo, paré el coche y paseé bajo las estrellas, acompañados de los ruidos y sombras de la noche… Por unos instantes me creí solo en el mundo, integrado con la naturaleza, formando un todo…. y me sentí muy, muy feliz. Fue un sentimiento tan intenso, tan gratificante que paré varias veces y repetí el paseo. Imaginé por momentos que una avería me obligaba a permanecer en el Sonsaz hasta el amanecer, mientras llegaba la ayuda (aquí no hay cobertura de móvil). Lejos de sentir miedo (dicen que hay abundantes jabalíes y han vuelto los lobos), disfruté de una inmensa paz.La sensación no desapareció hasta que las luces del valle del Ocejón me devolvieron a la realidad. Estas fueron mis Soledades en la Sierra Norte, que nunca olvidaré.
Lar-ami
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