Revista Cultura y Ocio
Vida-antes-y-después-de-los-Litchis:
Anoche la Biblioteca Nacional acogió unas semillas de Litchis. Es toda una vida futura la que está en juego alrededor de ese fruto mágico no realista. Para llegar a esta estación del camino, muchas versiones tuvieron que ver la luz (como en un "blues sin piedad" cantado por Pedro Aznar): pero más que Versiones, hay en especial un Alma luminosa que ha hecho posible que Yo siga escribiendo a pesar de todo, de tantos contratiempos y precariedades: es mi Compañera, mi Esposa, mi Amante, mi Amiga, Susana Borda y su Horla, Juana Zoronga! Juntos hemos leído y (re)escrito fragmentos profundos de vida y con esto me refiero a algo visceral y literal (a pesar de las metásforas que rondan): Juntos hemos bifurcado sueños.
Sin Ella, sin esa Susana que no sólo ha releido desde los desfiladeros más oscuros mis letras más grises e incomprensibles desde hace ya 4 años y medio; sin Ella, sin esta Susana que leyó y releyó cien veces los Litchis y se comprometió a la par conmigo en las numerosas reescrituras, no habría Litchis.
Anoche la Biblioteca Nacional acogió unas semillas de Litchis. Es toda una vida futura la que está en juego alrededor de ese fruto mágico no realista. Para llegar a esta estación del camino, muchas versiones tuvieron que ver la luz (como en un "blues sin piedad" cantado por Pedro Aznar): pero más que Versiones, hay en especial un Alma luminosa que ha hecho posible que Yo siga escribiendo a pesar de todo, de tantos contratiempos y precariedades: es mi Compañera, mi Esposa, mi Amante, mi Amiga, Susana Borda y su Horla, Juana Zoronga! Juntos hemos leído y (re)escrito fragmentos profundos de vida y con esto me refiero a algo visceral y literal (a pesar de las metásforas que rondan): Juntos hemos bifurcado sueños.
Sin Ella, sin esa Susana que no sólo ha releido desde los desfiladeros más oscuros mis letras más grises e incomprensibles desde hace ya 4 años y medio; sin Ella, sin esta Susana que leyó y releyó cien veces los Litchis y se comprometió a la par conmigo en las numerosas reescrituras, no habría Litchis.
