Revista Medio Ambiente

Solo tendrías que empezar…

Por Valedeoro @valedeoro

Written by valedeoro  //  26/07/2013  //  minimalismo  //  No comments

empezar
Existen dos tipos de decisiones difíciles: cuando te obligan a escoger entre dos opciones equivalentes y cuando sabes exactamente qué es lo que tendrías que hacer, pero te resistes. La decisión en realidad ya está tomada, solo tienes que empezar. Así que te propones, ahora en serio, que mañana sí que te pondrás en ello.

El avestruz avanzado

La técnica avestruz consiste en aplazar una decisión con el deseo secreto de que la cuestión se resuelva por si mismo. El avestruz avanzado consigue aplazar la ejecución de una decisión ya tomada por la misma esperanza. Es una actividad avanzada, porque requiere mucha agilidad mental: poder explicarse a si mismo que las tareas se resolverán sin la intervención de uno mismo. A lo mejor, si espero lo suficiente, mis entradas se escribirán solitas y el goteo en el lavabo desaparecerá por arte de magia.

Las listas de la ambición

La pizarra en casa, la lista de tareas en outlook, wunderlist, workflowy, varias páginas de mi bloc de notas, la lista de tudú en el iPhone: cualquier superficie sirve para crear otra lista de tareas. Por supuesto que cada una de ellas comprueba que realmente estoy dedicada a empezar. Cuando termine con esta entrada, o mejor después de comer para que no me interrumpan, no, mejor lo hago mañana por la mañana, cuando tenga más tiempo.
Mientras, la tarea se queda suspendida en la búsqueda por el momento perfecto.

Empieza… cinco minutitos

Las decisiones difíciles entre dos opciones se pueden resolverse con un dado, las decisiones estancadas se pueden borrar con cinco minutos de engaño personal.

Si quieres escribir aquél informe, siéntate frente a tu ordenador, abre tu editor de texto y trabaja en ello durante cinco minutos. Si después de cinco minutos acabas haciendo más, bien, sino, mañana le dedicarás otros cinco minutos.

Si quieres empezar a correr, ponte las zapatillas y sal por la puerta. Corre por cinco minutos. Si acabas corriendo más, bien, sino, mañana irás otros cinco minutos.

Si hace días quieres ordenar la casa, saca el aspirador para limpiar cinco minutos la sala. Si acabas pasándolo por toda la casa, bien, sino, mañana ya harás otra habitación.

El problema con las tareas que no te hacen ilusión es el comienzo. Una vez que has empezado, avanzar es mucho menos difícil de lo que te imaginabas.

¿A qué le vas a dedicar cinco minutos hoy?

(Yo sacaré la aspiradora ahora mismo).

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