“No soy nadie; ni siquiera soy una persona”. Es posible que la frase de Johnny Marco en Somewhere se le haya cruzado por la cabeza al Bob Harris de Perdidos en Tokio y a la María Antonieta de la película homónima. A partir de esta especulación (que tal vez comparta Sofía Coppola), los privilegios en tiempos de la corte francesa aparecen como antecedente probable de las actuales ventajas de pertencer al star system. La contracara oscura de este personalismo excesivo, también.
[Nota mental: si el star system equivale a una versión actualizada y cool de la realeza europea, entonces resulta lógico que cada tanto la Academia de Hollywood exprese su predilección por el "género monárquico". Por eso, después de La reina en 2007, este año le toca el turno a El discurso del rey, cuya reseña publicaremos en breve].
La confesión de Marco sugiere la continuidad de Somewhere respecto de sus dos antecesoras, fenómeno más evidente cuando sólo pensamos en Perdidos en Tokio. Recordemos que Bob también era actor, que lo conocimos en un hotel, en plena crisis matrimonial y durante una estadía en el extranjero (más prolongada y en otro destino que la de Johnny).
Dicho esto, la frase también marca la gran diferencia, es decir, el reconocimiento explícito de una condición o un sentimiento (el no ser nadie) y la decisión que el protagonista toma en consecuencia: una ruptura voluntaria que ni Bob ni María Antonieta se atrevieron a ejecutar.
A diferencia de la mayoría de sus colegas compatriotas, Sofía prescinde de los parlamentos verborrágicos y redundantes. La primera escena del auto deportivo girando en una pista circular anticipa la apuesta a la imagen por encima de las palabras y la intención de contar una historia sobre la nada y el tedio provocados por una rutina programada y abúlica.
Más que en Perdidos en Tokio, Coppola despliega en su útimo film una mirada irónica sobre la industria cinematográfica. Los supuestos orígenes ítalo-americanos de Johnny (la coincidencia con la ascendencia de la directora y su padre es evidente) le permiten trazar una caricatura de la televisión tana.
Con Somewhere, Sofía consolida su manera de hacer cine y de retratar la angustia existencial de personajes en principio privilegiados. Para algunos, éste es el síntoma preocupante de cierta tendencia a la repetición. Otros sentimos que asistimos a un trabajo de maduración.