Al decir que somos nuestra historia no estoy haciendo mención a que los hechos que hemos vivido son los que nos moldean. Evidentemente es así.
Digo, somos nuestra historia desde el punto de vista de que somos la historia que contamos de nosotros mismos, somos un relato de lo que hacemos y de lo que hemos hecho.
Si bien durante el estudio del Coaching Ontológico reflexionamos sobre el poder de las narrativas en las personas, este conocimiento no es privativo del coaching y encontré una conferencia que dio Sri Kumar Rao en Google que causó cierto revuelo en su momento y me motivó a escribir este artículo.
Sri Kumar Rao es un conferenciante prolífico, autor y profesor de la Universidad de Columbia y, entre otras cosas, creador del curso enfocado en la transformación y realización personal llamado CPM (Creativity and Personal Mastery). (Para más información al respecto dirigirse a su web www.theraoinstitute.com)
Dijo Mr. Rao, entre otras cosas, durante su conferencia en Google,
«Toda tu vida, incluida la realidad que percibes, es un conjunto de historias que te has contado y que te sigues contando».
Y creo que esta frase resume coloquialmente este fenómeno sobre el cual reflexionamos en el Coaching Ontológico.
Tejemos un relato en el que mezclamos los hechos que hemos vivido con los juicios que hacemos de los hechos que hemos vividos, y los amalgamamos y ordenamos hasta que adquieren una forma tal que nos satisface. Y no digo que nos satisfacen los hechos, sino que nos satisface la forma en que contamos el relato.
Porque en ese momento, la historia que contamos, ha pasado a tener un sustento de coherencia gracias a la amalgama que hicimos de los hechos y nuestra opinión de los hechos.
¿Y esto está mal? Por supuesto que no. No podría ser de otra forma. Ya que esa es la cualidad distintiva del ser humano: un ser que teje historias, sobre sí mismo, sobre su entorno, sobre su historia y sobre la historia de su entorno.
El ser humano es un productor natural de mitos. Y no solo los produce sino que los vive.
Vivimos nuestras historias.
No solo las producimos sino que son la base de nuestra vida ya que vivimos según la historia que nos contamos a nosotros mismos de lo que somos.
No somos ajenos a la producción de la historia, de la misma forma que no podemos ser otra cosa que los propios actores de nuestra producción.
Por eso es importante no perder de vista la responsabilidad que tenemos en la forma que nos hablamos y en la que hablamos a los demás.
Somos lo que hablamos, y si bien esto es algo que la mayoría de la gente podría suscribir, es hora que nos vayamos dando cuenta de que también somos “la forma” en la que nos hablamos.
En nuestra historia, en ese relato que nos armamos de lo que somos, somos al mismo tiempo la producción, el contenido del relato y la forma en que lo relatamos. Es indivisible.
Nunca estuvo tan presente el hecho de que "la forma puede invalidar el contenido" más que en el modo en que nos contamos a nosotros mismos y a los demás lo que somos.
Porque el lenguaje no es inocente.
Porque el lenguaje es acción.
Porque el lenguaje que usamos para contarnos es producto de lo que fuimos e hicimos pero también produce lo que seremos y haremos.
Porque nuestros hijos armarán sus historias y relatos de lo que son, viéndose integrados en la producción de nuestros propios relatos.
Reflexionemos sobre las consecuencias de lo que decimos y cómo lo decimos.
Un saludo a todos.
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