Revista Coaching

¿Somos responsables de lo malo que nos ocurre?

Por Falcaide @falcaide
¿Somos responsables de lo malo que nos ocurre?A la Ley de la Atracción le da igual lo que tú quieres o no quieres, lo único que le interesa es en lo que pones tu foco, tu Intención, tus pensamientos que dan lugar a sentimientos que se traducen en comportamientos... En lo que te concentras, se expande. Lo bueno se atrae, y lo malo también... aunque no seas capaz de entenderlo y mucho menos de reconocerlo.
Hace algunos días, al hablar de las Creencias (posibilitadoras o limitantes) dejamos una frase de Steve Jobs que dice mucho: "Todo tiene una explicación de lo que hoy eres, y tú eres el causante. Si echas para atrás, encontrarás cómo esos hilos se van hilvanando".
Esto no es fácil de aceptar, pero si lo haces, cambiará tu vida. Mucha gente cuando ve la película-documental El Secreto dice que "eso de la Ley de la Atracción no se cumple". Y no se dan cuentan que no es que no se cumpla, si no que lo están aplicando mal, quizás porque también hay cosas que no se dejan claras del todo en la cinta y hay que profundizar sobre ellas.
Por decirlo de manera resumida, el subconsciente responde a lo que sientes como verdadero. El subconsciente no presta atención a si algo es cierto o incierto, justo o injusto, bueno o malo.... No es lo que piensas (y dices) sino cómo lo piensas (y lo dices). El pensamiento (y la palabra) cobran vida si van acompañados (si están alineados) de sentimiento, si van revestidos de carga emocional, de otro modo el subconsciente no lo registra (recuerda la historia del joven hindú en No basta querer, hay que creer). Allí también recogíamos las palabras de Kazuo Inamori, Fundador de la empresa de tecnología Kyocerea: "Para tener éxito en algo debemos desearlo de una forma tan intensa que alcance e impregne nuestro subconsciente".
Por tanto, no basta pensar algo para atraerlo. Tienes que desearlo con convicción. La ley de la creación (que explica todo lo que se crea y existe en el Universo) es la ley de la fe y la convicción. Si piensas y deseas algo, pero no te lo crees, no lo atraerás. La Ley de la Atracción no hay que entenderla, sino simplemente aceptarla, creértela que es así. No olvides que la Razón no es más que el conjunto de Creencias depositadas en el Inconsciente, y esas Creencias pueden no ser ciertas (ver el ejemplo de la pulga y el tarro), con lo que puedes llegar a conclusiones erróneas. Razonar está bien, pero siempre parte de unas Creencias que casi siempre son la causa de nuestras desgracias. Tu vida no es más reflejo de tu Inconsciente, y tu Inconsciente no es más que el conjunto de Creencias que allí anidan. Cuando dices no soy capaz, no puedo, no soy bueno... es porque allí te han grabado ese discurso y tú lo crees fielmente y lo reproduces. Una Creencia es una verdad aceptada por ti (ver artículo Cómo tus Creencias negativas limitan tu vida).
La Creencia más peligrosa que se puede depositar en el Inconsciente es: "Es imposible"; porque entonces, si tú crees que algo "Es imposible", lo das por concluido, por acabado, no vas a dedicar ni un minuto a algo que es imposible. Sin embargo, si prestas un poco de atención te darás cuenta que la Historia de la Humanidad es la Historia de los Imposibles. Todo lo que existe en el mundo físico (material) es porque alguien lo imagino y deseo con convicción y todo lo que no existe es porque alguien no lo ha imaginado ni deseado lo suficiente. No existen límites a la creación, no existen límites en el Universo.
¿Te acuerdas de Ryan HReljac: el niño que le quitó la sed a medio millón de africanos? ¿Cómo es posible que un niño de tan sólo 6 años logre recaudar 1.000 millones de dólares y muchas personas no consiguen financiación para su empresa? Porque creyó (ver post sobre Ryan HReljac). Recuerda lo que hemos repetido mil veces citando a El Alquimista: "Cuando deseas algo de verdad todo el Universo conspira para que eso ocurra". Lo importante de esta frase es "de verdad"; sí, desear, pero "de verdad"; no basta desear (jugar con la imaginación) sino que el deseo debe ir acompañado de lo más importante: la Fe (Convicción). ¿Y qué es la Fe? Creer en lo que no se ve. De eso se trata de creer para ver. Lo que crees, creas.
Prestando atención al diálogo que cada persona tiene (consigo mismo y con los demás) no es difícil de descifrar cómo es su vida y cómo va a ser. La queja, la resignación, la excusa, el pesimismo... atraen más de eso. Se concentran en lo que no quieren en lugar de lo que quieren y de eso se atraen. Lo repetimos: a la Ley de la Atracción le da igual lo que tú quieres, sólo presta atención a lo que tú te concentras. Hay gente que se queja del Gobierno, de las multinacionales, de la crisis, del tráfico, de las huelgas, de sus compañeros de trabajo, de los vecinos, cuando hace frío porque hace frío y cuando hace calor porque hace calor... La palabra tiene vida (igual que los pensamientos y sentimientos), es energía vibratoria, y eso atraes. Por tanto, cuidado lo que sale por tu boca, resérvatelo, y dale un enfoque diferente. No es casual esa frase de Wayne W. Dyer que dice: "Cuando cambiamos nuestra forma de mirar las cosas, las cosas que miramos cambian". Tampoco es casual que la Física Cuántica diga: "Sin el observador todo son ondas de posibilidades, con el observador son partículas de experiencia”. Es decir, la Intención (Conciencia, en el que pones el Foco) crea la Realidad (ver post Masaru Emoto: la Intención (Conciencia) crea la Realidad); y, por tanto, no somos observadores de la Realidad, sino creadores de la Realidad.
Hoy os dejo este vídeo descubierto gracias a Sonia González Pachón (@soniaglezpachon). En él habla Bob Proctor del que ya os hablé en El éxito está en nuestras mentes:

* Hoy en Libros de Management (@librosdemanagem) puedes ver la Reseña de "La última lección" de Randy Pausch.  
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