Trescientas toneladas de tristezame caen cada mañana sobre el lomoy aplastan el espíritu que asomoquizá para asfixiarlo de pereza.Quintales de amargura en mi cabezapresionan por salir con pico romodejándome los golpes hecho un cromo el alma que no tengo y que no reza.Presiento que la vida ha terminadoauguro que no habrá más esperanzay espero que el dolor desaparezca.El aire que me empuja es aire helado,el baile que no bailo es una danzay yo seré por siempre quien padezca.