ARQUITECTURA
Miércoles 12 de diciembre de 2012
APROPIARSE DEL SITIO CON EL MINIMO EFECTO
Por Marcelo Gardinetti | Diciembre de 2012
El Songjiang Hotel es un acertado ejemplo de cómo integrarse a un entorno natural, aún en condiciones que en apariencia se presentan sumamente adversas, sin generar un impacto negativo. El diseño del estudio Atkins resuelve acertadamente una intervención arquitectónica en un sitio geográficamente complejo, en absoluta armonía con la naturaleza.
Un enorme acantilado con un lago natural en la región de Shanghai, China, es el sitio donde se desarrolla este complejo hotelero, que en lugar de elevarse y generar una barrera sobre el paisaje, se integra a las paredes del acantilado preservando la frondosa vegetación de un entorno natural singular, respaldado por un programa de desarrollo sostenible que utiliza el agua para producir energía a bajo costo y que además aprovecha los recursos geotérmicos.
Se accede al hotel desde una plaza que conecta el acantilado con la carretera, a través de un hall que se eleva solo lo necesario para dar paso al visitante. A partir de allí, el edificio se adosado al acantilado descendiendo hasta la superficie del agua, ofreciendo como única cara visible una fachada de vidrio en forma de cascada. El hotel puede albergar más de 1.000 personas en las 400 habitaciones disponibles, que incluye bares, restaurantes, salas de convenciones y todos los servicios de un hotel de alta gama, aunque en este caso, el programa pasa a ser una anécdota de la idea de edificio.
Entendiendo la idea de arquitectura como un mensaje enriquecedor, aplicable, una noción generadora de nuevas ideas sin importar el programa que aloje, este ejemplo desarrolla un concepto que bien podría aplicarse para revertir la situación de las canteras suburbanas que se encuentran abandonadas a su suerte en varias ciudades en vías de desarrollo, y transformarlas en un entorno agradable y vital para programas de viviendas sociales.