Según un artículo publicado en la Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, la exposición a ruidos blanco y rosa tiene el potencial de mejorar el rendimiento en tareas de personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), lo que podría representar una nueva opción terapéutica para tratar esta condición.
El TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes que afecta a niños y jóvenes, con aproximadamente el 10% de los jóvenes entre 3 y 17 años diagnosticados con esta condición. Los tratamientos tradicionales para el TDAH suelen involucrar medicamentos y terapia conductual, ambos efectivos en muchos casos. Sin embargo, estos tratamientos presentan desafíos como efectos secundarios, problemas de adherencia y acceso limitado a la atención adecuada, especialmente en áreas desatendidas.
Debido a estas limitaciones, existe un creciente interés en enfoques no farmacológicos que sean seguros, de fácil acceso y menos propensos a causar efectos secundarios. Es en este contexto donde surge el interés en la exposición al ruido como una herramienta potencial para mejorar la concentración y el rendimiento cognitivo.
La teoría detrás del ruido como herramienta terapéutica
La idea de utilizar el ruido para ayudar a las personas con TDAH no es completamente nueva. De hecho, la noción de que estímulos externos, como el sonido, podrían mejorar la atención en individuos con TDAH ha existido durante algún tiempo. Sin embargo, con el reciente aumento del interés público en el ruido blanco, rosa y marrón, impulsado por tendencias en redes sociales y reportes anecdóticos, la comunidad científica se ha visto motivada a investigar estas afirmaciones de manera más rigurosa.
El ruido blanco, rosa y marrón son tipos de sonidos que difieren en la distribución de su energía a través de diferentes frecuencias. El ruido blanco contiene una intensidad igual en todas las frecuencias, creando un sonido constante similar a la estática de un televisor sin señal. A menudo se utiliza para enmascarar otros ruidos.
El ruido rosa, por otro lado, disminuye en intensidad a medida que la frecuencia aumenta, resultando en un sonido más profundo y suave que se asemeja a la lluvia constante o al susurro de las hojas. El ruido marrón (también conocido como ruido rojo) tiene una caída aún más pronunciada en intensidad, produciendo un sonido mucho más grave, como el retumbar de un trueno distante o una poderosa cascada.
Un análisis de la evidencia
Para comprender mejor los efectos del ruido blanco y rosa en personas con TDAH, los investigadores llevaron a cabo un metaanálisis, un tipo de estudio que combina datos de múltiples investigaciones anteriores para extraer conclusiones más amplias. El equipo buscó sistemáticamente en bases de datos científicas, recopilando estudios relevantes que se enfocaban en el impacto del ruido en el rendimiento de tareas en niños y jóvenes con TDAH o con síntomas asociados a la condición.
Los estudios incluidos en el análisis tenían algunas características clave. Primero, los participantes tenían un diagnóstico formal de TDAH o mostraban síntomas significativos de TDAH según evaluaciones de padres, maestros o autoevaluaciones. Segundo, las tareas utilizadas para medir el rendimiento estaban diseñadas para evaluar la atención, la memoria y otras funciones cognitivas. Estas tareas incluían evaluaciones bien conocidas como la prueba go/no-go, que mide el control de impulsos, y diversas pruebas de memoria.
El metaanálisis finalmente incluyó datos de 13 estudios, con un total de 335 participantes. Estos estudios se realizaron en varios países y utilizaron diferentes tareas cognitivas, lo que permitió a los investigadores obtener una visión comprensiva de cómo el ruido podría afectar los síntomas relacionados con el TDAH en diferentes contextos.
En promedio, la exposición al ruido blanco y rosa tuvo un pequeño pero significativo efecto positivo en el rendimiento de tareas para niños y jóvenes con TDAH o síntomas elevados de TDAH. Este hallazgo sugiere que el ruido podría ayudar a mejorar la concentración y el rendimiento cognitivo en aquellos que tienen dificultades con la atención. Aunque el tamaño del efecto fue menor que el que suelen producir los medicamentos para el TDAH, es notable, particularmente porque la exposición al ruido es una intervención de bajo costo y bajo riesgo que puede implementarse fácilmente.
El tamaño del efecto promedio fue de aproximadamente 0.25. Si bien no es un efecto grande, fue consistente en los diferentes estudios incluidos en el análisis.
Consideraciones y futuras investigaciones
Curiosamente, el análisis también encontró que este beneficio era específico para individuos con TDAH o problemas de atención elevados. En contraste, cuando los investigadores analizaron los efectos del ruido en individuos sin TDAH, encontraron un pequeño efecto negativo en el rendimiento de las tareas. Esto sugiere que, si bien el ruido podría ayudar a mejorar la concentración en aquellos con TDAH, podría ser distractor o incluso contraproducente para aquellos sin el trastorno.
A pesar de los hallazgos prometedores, hay varias limitaciones que deben abordarse en futuras investigaciones. En primer lugar, los estudios incluidos en el metaanálisis a menudo carecían de condiciones de control adecuadas, lo que dificulta descartar efectos placebo. Además, dado que es un desafío enmascarar a los participantes y a los investigadores sobre el tipo de ruido utilizado, existe la posibilidad de que la simple expectativa de mejora pudiera influir en los resultados.
Otra limitación es el tamaño relativamente pequeño de la muestra y la breve duración de la exposición al ruido en los estudios revisados. La mayoría de las tareas fueron cortas, y no está claro si la exposición al ruido a largo plazo produciría los mismos beneficios. Además, los estudios no examinaron si diferentes niveles de intensidad de ruido podrían influir en los resultados, lo cual es importante considerando que la exposición excesiva al ruido podría dañar la audición a lo largo del tiempo.
Es importante señalar que el metaanálisis no encontró estudios que examinaran los efectos del ruido marrón, otro tipo de ruido que ha ganado popularidad en comunidades en línea. Dado que el ruido marrón opera en una frecuencia de potencia similar al ruido blanco, es posible que también tenga efectos beneficiosos, pero esto aún debe probarse en estudios futuros.
Mirando hacia adelante, los investigadores necesitan realizar ensayos más rigurosos con poblaciones más grandes y diversas para comprender mejor el potencial del ruido como tratamiento para el TDAH. Estos estudios también deberían explorar cómo diferentes tipos de ruido, duraciones de exposición y niveles de ruido podrían afectar el rendimiento cognitivo y si existen tareas o situaciones específicas donde el ruido sea más útil.
Aunque se requiere investigación adicional para traducir estos hallazgos a la práctica clínica, estos resultados iniciales deben considerarse alentadores. “Los resultados deberían estimular más trabajos para aclarar quién puede beneficiarse y qué dosis y cantidades son seguras y apropiadas”, dijo Nigg. “Las intervenciones de apoyo continúan siendo necesarias para el TDAH, que afecta a millones de niños y adolescentes en todo el mundo”.
Referencia: Nigg JT, Bruton A, Kozlowski MB, Johnstone JM, Karalunas SL. Systematic Review and Meta-Analysis: Do White Noise or Pink Noise Help With Task Performance in Youth With Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder or With Elevated Attention Problems? J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2024 Aug;63(8):778-788. doi: 10.1016/j.jaac.2023.12.014.