Acaba un año y comienza otro. Un tiempo en que se hacen balances. Y malabares. No se va a poner estupenda y hablarles de la crisis o del abuso de poder con la reforma del aborto. Porque ya se lo saben. Así que les hablará de los buenos propósitos. Y de lo que les desea para este 2014.
No les desea suerte sino que sean valientes. Que estudien, que se preparen, que crezcan, que mejoren. Que no le teman a la vida. Que sonrían. Sin rencores. Y sobre todo que estén presentes en su vida. Aquí y ahora. Quien está presente en su vida viviendo el momento es imposible que sufra. Los niños, cuando se despiertan quizá sepan que a las nueve de la noche tendrán miedo al quedarse a oscuras pero no se torturan con esa idea desde las siete de la mañana. Los niños siempre viven en tiempo presente. Recuerden: las peores tragedias de su vida posiblemente jamás lleguen a ocurrirles. No las anticipen.
Existe un principio maravilloso: la profecía autocumplida. Si creen que pueden hacer algo, lo harán. Así que cuidado con lo que desean.
Quizá 2014 no sea el año en el que encuentren el amor de su vida o el trabajo de sus sueños. Pero disfruten del trayecto. Amen más, coman más, rían más. Hagan el amor más. Con quien puedan.
A veces, el corazón, como la espalda, necesita un buen masaje. Un buen magreo. Para eliminar tensiones. Y estar relajados para volver a la carga. Quizá en 2014 conozcan a un gran masajista. Quién sabe.
Sí, amigos, ha abrazado la inteligencia emocional. Ya ven, a cada uno le da por una cosa. Ella siempre ha sido mucho de sonreír. Ahora, además del corazón, lo hace con la cabeza.
Porque no le negarán que lo más inteligente es sonreír. Y además, baja la tensión. Puede que ser feliz no alargue la vida. Pero de momento, los beneficios científicos de ser un chungo, están por descubrir. 2014 sonrisas. Una de ellas, para su masajista.
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