La segunda temporada de Sons of Anarchy va un paso más allá y redondea aquello que Kurt Sutter puso sobre la mesa con la primera temporada de la serie. La trama en esta ocasión sigue un ritmo "in crescendo" de forma continua, hasta llegar al impresionante cliffhanger de final de temporada, uno de los grandes momentos del mundillo de la tv en los últimos años. Kurt Sutter adelantó en su día que esta temporada giraría en torno a "las alianzas internas, y el propio club se convertiría en la mayor amenaza para SAMCRO". Dicho y hecho, abundan las intrigas "palaciegas" (la influencia shakesperiana continúa presente...) y continúan las guerras internas que se atisbaban en la temporada anterior.
AJ Weston e Ethan Zobelle: la extrema derecha invande Charming...
Además irrumpirá en Charming una nueva fuerza que pretende deshacerse del club a toda costa para despejar el camino y tener vía libre para poder ejercer sus negocios. y planes de expansión. Esa nueva amenaza responde al nombre de Liga de Nacionalistas Americanos (LOAN, o League of American Nationalists), encabezados por Ethan Zobelle (Adam Arkin) y su imponente esbirro A.J. Weston (un brillante Henry Rollins). La llegada del "white power" causará graves e irreparables daños tanto en Charming como en el club, y desencadenará una serie de acontecimientos realmente dramáticos.En definitiva, esta segunda temporada es cojonuda. Construida sobre un guión sólido y bien trabajado, asentada sobre grandes interpretaciones individuales (enorme otra vez Katey Sagal como Gemma Teller, sin duda el mejor personaje de la serie...), la historia vivirá una auténtica escalada de emociones que desemboca en el tremendo acto final, anticipando la que será una tercera temporada trepidante. Compleja, coral, adictiva y de fuerza inusitada, jamás un grupo de antihéroes urbanos causó tanto furor consiguiendo la mejor de las respuestas por parte de la crítica y el público.